Por: Redacción
A casi cuatro meses de su fallecimiento, los escritores Javier García-Galiano, Hernán Lara Zavala, Nedda G. de Anhalt y Ángel Cuevas, recordaron al ensayista, traductor y diplomático mexicano Raúl Ortiz y Ortiz (Ciudad de México, 2 de mayo, 1931–Íbid, 27 de enero, 2016), en un homenaje realizado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
El novelista y cuentista Hernán Lara Zavala lo describió como un ser excepcional, del que no tiene duda fue un hombre combativo con las palabras, el humor y la ironía.
Un hombre de cultura que sabía disfrutar la música, la literatura, el teatro, las artes plásticas, las cuales formaban parte de su inexorable y coherente visión estética del mundo.
En el recinto de mármol, el editor y traductor Javier García-Galiano dijo que Ortiz y Ortiz fue un hombre que sin proponérselo y de manera natural se volvió legendario, lo que sucedió por la traducción del libro Bajo el volcán, del escritor inglés Malcolm Lowry, y otros importantes episodios, como haber sido el intérprete del general francés De Gaulle en su visita oficial a México en 1964.
“Raúl Ortiz y Ortiz fue un hombre muy elegante, no entendida como una presunción. Para él la elegancia era una manera natural de ser, la cual no sólo se manifestaba en su vestimenta, sino en su erudición.
“Sabía prácticamente de todo, literatura, historia, música, pintura, pero principalmente de la naturaleza humana y la amistad”, comentó. García-Galiano agregó que junto a esa elegancia convergían todos sus conocimientos, manifestándose prodigiosamente en su conversación en la que salían a relucir conocimientos musicales, anécdotas memorables, remembranzas operísticas, historia de museo, recuerdos gastronómicos, películas y amigos.
En su oportunidad, Ángel Cuevas, colaborador y discípulo de Raúl Ortiz y Ortiz, recordó que quien fungiera como consejero cultural en las embajadas de México en Gran Bretaña y Francia, tuvo hasta el final de su vida una memoria prodigiosa que le permitió citar con precisión fechas, títulos, autores, versos, páginas completas en francés, inglés o español.
Destacó la biblioteca del homenajeado que, dijo, está conformada por cerca de 15 mil volúmenes editados del siglo XVIII al XXI, cuyo máximo valor radica en que en ella se refleja toda su vida dedicada al arte.
El poeta, quien compartió con los presentes la destacada semblanza de Raúl Ortiz y Ortiz, indicó que el maestro “orquestó” una vasta serie de disciplinas, complementarias e inseparables, con las que construyó los muros inquebrantables de su biblioteca, que “además tiene una valiosa fonoteca y filmoteca que se convirtió en un santuario de conocimiento para él, alumnos y amigos”.
“El maestro Ortiz desapareció, pero su voz y memoria siguen vivas en su biblioteca y enseñanzas que nos transmitió. Ahora es nuestra obligación que siga vivo, leyendo a los autores que nos enseñó, escuchando la música que inculcó y transmitiendo los conocimientos que legó”, puntualizó. Raúl Ortiz y Ortiz colaboró con traducciones y ensayos en la Revista de la Universidad de México y Vuelta.
Publicó la selección de ensayos El imperio de la armonía (2012) y Archivo Lowry (2011), un compendio de la correspondencia, las traducciones y los manuscritos que reunió en torno al autor inglés durante aproximadamente 50 años. Estudió leyes en la UNAM y literatura comparada en la Universidad de París.
Se desempeñó como director de la Escuela para Extranjeros de la UNAM y como profesor de literatura comparada en la misma institución y de traducción en El Colegio de México.
En los años sesenta fundó la Compañía Shakespeare. También dirigió el Cine Club de Industriales de México. Fue diplomático cultural en las embajadas de México en Gran Bretaña y Francia.
Por sus aportaciones a la cultura, el gobierno francés le otorgó la condecoración de Caballero de las Artes y de las Letras, y la Orden Nacional de la Legión de Honor.
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