Por: Vicente Flores Hernández
Svetlana Alexiévich refleja a la realidad desde una perspectiva cruda, mira la guerra desde lejos, pero no evita estar en los zapatos de quienes vivieron: ella también la vivió a través de ellas.
En La guerra no tiene rostro de mujer, Alexiévich recupera historias de féminas que participaron en el conflicto entre Rusia y Alemania; da voz a quienes por mucho tiempo no habían tenido oportunidad de relatar sus experiencias en esa época, opacadas por las de los hombres.
«Soy historiadora de almas […]. Por un lado, estudio a la persona concreta que ha vivido en una época concreta y ha participado en unos acontecimientos concretos; por otro lado, quiero discernir en esa persona al ser humano eterno. La vibración de eternidad. Lo que en él hay de inmutable.»
Svetlana Alexiévich
Inspirada por autores de su época, Svetlana construye su narración a partir de cientos de voces, que se unen para complementar la historia de un conflicto entre naciones que cambió la perspectiva del mundo.
En La guerra no tiene rostro de mujer, refleja la necesidad de la sociedad rusa a defender su tierra del avance alemán, ese sentimiento de pertenencia queda impregnado en cada página del libro.
La autora, en el prólogo del libro, explica que existe una diferencia entre la guerra que vivieron ellos y la que ellas albergaron hasta el final de sus días, la primera es la historia de la victoria masculina sobre los alemanes, sin embargo las mujeres no evitan ver el conflicto desde de una perspectiva emotiva y melancólica, que queda plasmada en cada experiencia vivida, en todo lo abandonado por las que saltaron al campo de batalla.
Casi un millón de mujeres combatieron en las filas del ejército rojo durante la segunda guerra mundial, mujeres francotiradoras, atrincheradas, desplazadas, que perdieron a sus hijos, padres, hermanos; cocineras, pilotos, artilleras, amantes, madres…
La guerra tiene un rostro diferente desde los ojos femeninos; tiene la cara del amor, del rechazo… de la esperanza.
La guerra no tiene rostro de mujer, de la escritora y periodista bielorrusa, Svetlana Alexiévich fue editado recientemente por Random-House, sello donde también se encuentra disponible otra de sus obras: Voces de Chernóbil.
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