Por: Redacción
Como parte de la múltiple oferta cultural que ofrece la Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México este sábado se llevó a cabo el Primer Encuentro Iberoamericano de Minificción, en el marco del cual la escritora argentina Ana María Shua fue galardonada con el Primer Premio Iberoamericano “Juan José Arreola” 2016.
“Cuando tenía nueve años gané el Premio a la Mejor Composición por el centésimo aniversario de la Revolución de Mayo; gané el premio de todo mi distrito escolar y creo que nunca desde entonces había estado emocionada por un premio como lo estoy en este momento. Estoy enormemente agradecida con todos los involucrados con este premio”, señaló Ana María Shua al recibir el reconocimiento.
El Secretario de Cultura de la Ciudad de México, Eduardo Vázquez Martín, así como Clara Jusidman, representante del Seminario de Cultura Mexicana, destacaron el trabajo de la autora sudamericana.
“Quiero decir que este premio tiene que ver con la mirada profunda sobre nuestra literatura y cultura; el mundo de la minificción pertenece más a la poesía, este premio es el más literario de esta Feria. Así celebramos a Ana María Shua”, destacó Vázquez Martín en el Foro Gonzalo Rojas de la FIL Zócalo 2016.
Ahí la autora argentina presentó su libro Minificciones: Antología Personal, junto a Marco Antonio Campos, Marcial Fernández y Javier Perucho.
Previo a la ceremonia de premiación fue inaugurado en el Museo del Estanquillo el Primer Encuentro Iberoamericano de Minificción, dedicado a uno de los géneros con más auge en los últimos años.
Éste dio inicio con la conferencia “La minificción como un indicio de la capacidad de asombro”, en la cual Lauro Zavala —investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) especializado en teoría literaria, teoría del cine y semiótica, especialmente en relación con los estudios sobre ironía, metaficción y microrrelato —, destacó la importancia del encuentro y ofreció un panorama general sobre el auge de este género, así como el papel que juegan las redes sociales.
“La minificción es un asunto serio —apuntó—, la brevedad de la historia no es justificación para leerla con velocidad. Al contrario, a mayor brevedad, mayor complejidad”.
Tomando como referencia al autor coahuilense Julio Torri, quien publicó en 1917 el libro Ensayos y poemas, cuyas páginas no contenían ensayos ni poemas, sino textos con evidente hibridez que en su momento causaron conmoción entre los “puristas”, el catedrático indicó que “la apropiación de personajes del canon literario apela a la memoria del lector para asombrarlo”, es decir, que el autor puede valerse de la intertextualidad para dotar al lector de una información que no está explícita en el texto.
Lauro Zavala también habló sobre la importancia de las plataformas digitales como una herramienta más para la divulgación de la literatura, y secundó la valía de la emergente Twiteratura, cuya bandera es abrazada por escritores como el nicaragüense Alberto Sánchez Argüello y el mexicano Alberto Chimal.
Asimismo, indicó que la Twiteratura no necesariamente debe abandonar las redes electrónicas para ser considerada como literatura, ya que lo importante son las palabras y no el medio que las contiene. Es por ello que ni la brevedad ni la extensión de un texto determina su valor literario, mucho menos el que se fuerce su entrada en algún género, poniendo como ejemplo al reciente ganador del Nobel, Bob Dylan.
El Primer Encuentro Iberoamericano de Minificción reunió a autores de países como Nicaragua, Argentina y Perú.
Después de la lectura de un par de mini-relatos por parte de Shua, participantes nacionales e internacionales como el autor peruano Rony Vásquez y el mexicano José Manuel Ortiz leyeron lo mejor de su propuesta literaria.
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