Por: Redacción/
El códice es libro con información manuscrita o en gráficos anterior a la invención de la imprenta; una cantidad importante de códices ha sido encontrada en la región de lo que hoy es México. Los elementos históricos más importantes están en ellos. Códices, es un volumen editado por la Secretaria de Cultura con la coordinación de Xavier Noguez, dentro de la colección Historia lustrada de México, a cargo del historiador Enrique Florescano que nos aproxima a los más antiguos libros que existieron en Mesoamérica.
Los primeros ejemplares de códices fueron hallados en la zona donde se extendió la cultura maya, posteriormente aparecieron documentaciones indígenas de inicios del siglo XVIII que han servido de fundamento y acervo cultural. Desde sus orígenes, el hombre ha buscado dejar una huella a través de diferentes medios. Los historiadores se han dedicado a desvelar la información contenida en los códices y ésta ha revelado la identidad colectiva.
“Los pueblos mesoamericanos nos confiaron la transmisión del pasado y a los textos que narraban el principio de los reinos. Una serie de escenas que describen con trazos vigorosos la creación del mundo en las primeras ciudades que surgieron. Se trata de imágenes grandiosas que se instalaron de manera perdurable en la memoria”, refiere Enrique Florescano.
La historia depende en una forma importante del legado documental sin el cual el pasado deja de ser el fundamento del presente. Sumerios, egipcios, griegos, entre otros, buscaron preservar sus sociedades y su conocimiento mediante la edificación de monumentos, así como plasmar sus descubrimientos.
Los pueblos mesoamericanos dejaron una sumatoria de todo esto combinando la escritura y la pintura. El volumen constituye una manera de difundir con amplitud y profundidad los conocimientos compilados en los centros académicos, bibliotecas o archivos tanto públicos como privados en una edición actualizada, ilustrada y accesible.
Tiempo y destreza son los dos elementos que conforman al códice. La majestuosidad de las ilustraciones que simbolizan acontecimientos religiosos tenía que ver, por ejemplo, con la solemnidad debida al dios que representaban o al suceso ocurrido como era el caso de los tributos o rituales.
El primer medio que encontraron los pueblos originarios para comunicar fue mediante el lenguaje visual; de aquí surge el signo, la denominada escritura pictográfica. Los códices son entonces una serie de relatos visuales que pretenden plasmar los hechos y creencias. El volumen contribuye a transmitir y preservar este patrimonio cultural que significan además de historia y religión, una forma de trasmitir las tradiciones mediante el testimonio pictórico.
“La percepción visual es conocimiento y pensamiento (…) en síntesis, las imágenes, como el lenguaje verbal, son primeramente un medio de comunicación modulado por la fuerzas, valores y realidades de la sociedad. La percepción visual, lejos de ser un mero colector de información acerca de las cualidades de un conjunto o de acontecimientos particulares que atraen la atención del espectador, es un instrumento de conocimiento”, considera Enrique Florescano.
Desde un punto de vista teórico, parece poco novedoso el tema, sin embargo el códice es una pieza que registró actos de animación y fuerza los cuales fungen como uno de los principales vínculos entre pasado y presente; ademas de cumplir con la función de pieza histórica agudiza la percepción visual que desempeña una función cognitiva.
A pesar de los avances en el desciframiento del signo aún queda mucho por averiguar. El códice representa un puente entre el lenguaje culto antiguo en desuso y la necesidad de refinar nuestro uso del diccionario actual. De esa forma, este libro se vuelve la mejor guía.
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