Por: Redacción/

Atender a la reconstrucción del tejido social a través de la cultura y el arte es una de las líneas que trascienden las ediciones del Festival Internacional Cervantino, por ello diversos programas han sido creados como el Cervantino para todos o el Proyecto Ruelas para atender directamente a comunidades a través del teatro.

El llamado teatro comunitario que el Proyecto Ruelas impulsa desde hace tres años está presente en las poblaciones de Pozo Blanco de San José Iturbide, Puerto de Valle de Salamanca y San Juan de Debajo de León; además atiente a los centros geróntológicos El Cambio y Las Teresas, del municipio de Guanajuato.

Cada una de las compañías comunitarias que se han formado, están dirigidas por reconocidos directores con los que en época del Cervantino se vuelcan a ensayar y presentar obras de teatro; atendiendo en primera instancia la situación social en la que se inscriben.

“Este año, los cuatro directores hacen alusión al ciclo de Revoluciones. Luis Martín Solís con La Valentina en los centros geróntológicos, Juliana Faesler con las revoluciones de la medicina en Salamanca, Raquel Araujo nos presenta el árbol genealógico de la comunidad y cómo llegaron los habitantes a la comunidad en San José Iturbide, y Sara Pinedo con las revoluciones de la tierra en León y del campo a la actualidad”, explicó Mario Reséndiz, coordinador del programa Cervantino para todos y Proyecto Ruelas.

El objetivo de los participantes es funcionar como motores de cambio para las realidades que viven en sus comunidades, estrechando lazos entre vecinos, así como compartir necesidades y soluciones. El proceso funciona, además, como un punto de intercambio de saberes para construir un nuevo tejido social.

El coordinador destacó que el primer impacto que se logra es ser partícipes de las obras. “Tanto el público como los actores terminan haciendo una fusión y se crea una sinergia. El Proyecto Ruelas de ser tan noble y generoso se vuelve una revolución entre todos”.

Por su parte, el director de teatro Luis Martín Solís, quien trabaja con adultos mayores, señala que los proyectos comunitarios son fundamentales. “Creo que la política cultural tiene una deuda histórica con los públicos que generalmente no han sido llevados al disfrute de este tipo de manifestaciones. A mí me parece que es un proyecto fundamental por encima de muchos otros”.

Mario Reséndiz agrega que el Proyecto Ruelas tiene una deuda, ya que considera que el periodo de ensayos de tres meses previos al Festival es “insuficiente” y la continuidad es completamente necesaria.

“Los  Entremeses Cervantinos no se consolidaron en una sola edición. A las comunidades hay que seguirlas capacitando y entrenando, en dos años no puede haber resultados”, afirmó.

Sin embargo, el coordinador considera que es un proyecto que merece ser replicado por la demanda. “En cada edición han incrementado los participantes” y más con el impulso que se le está dando para darlo a conocer en otros lugares, gracias a la plataforma con la que cuenta el programa Cervantino para todos.

Durante el primer fin de semana del Festival Internacional Cervantino se presentaron en la comunidad de Puerto de Valle, Yerba Santa pa’ la garganta y abre caminos pa’ tú destino, y en los centros gerontológicos La Valentina. Para el sábado 21 de octubre, la comunidad de Pozo Blanco del Capulín presentará La Mancaña en la Plaza de la Ciudadanía Griselda Álvarez, a las 17:00 horas, y la comunidad de San Juan de Abajo deleitará al público con Cómo llegar a Fuente Ovejuna, el domingo 22, a las 18:00 horas, en la Plaza Expiatorio.

 

Sobre los montajes del Proyecto Ruelas

—Yerba santa pa’ la garganta y abrecaminos pa’ tu destino…

Puerto de Valle, Salamanca

Juliana Faesler, directora

A partir de la relación entre cultura, salud y enfermedad, el montaje funciona como un espacio para hablar sobre los fenómenos que involucran al cuerpo. En específico, se trata de un homenaje a las mujeres mayores que han dedicado sus vidas a la herbolaria y las mujeres parteras. Desde las experiencias vividas de las mujeres, los niños y las niñas de la comunidad, se preguntan ¿Cuáles son las ficciones culturales que involucran las prácticas terapéuticas tradicionales, los sistemas curativos y la medicina contemporánea?

—La Valentina

Centros Gerontológicos El Cambio y Las Teresas, Guanajuato

Luis Martín Solís, director

La Valentina es un repaso por historias de mujeres que han generado cambios en el rumbo del país. Desde la lucha durante la Revolución de Las Soldaderas, la lucha de equidad de género y el voto femenino con Hermila Galindo, la participación política con Carmen Serdán, y las decisiones relacionadas con el cuerpo y la reproducción con Elvia Carrillo Puerto. Elena Garro, Rosario Castellanos, María Grever, María Sabina y Guillermina Bravo “La Bruja”.

—La Mancaña

Comunidad de Pozo Blanco, El capulín, San José Iturbide; en colaboración con La Rendija Teatro

Raquel Araujo, directora

Los Quijotes de Pozo Blanco se han hermanado con dos comunidades de San José Iturbide. Colaboramos con el coro de Ojo de Agua dirigido por el maestro Ligorio Rodríguez y este año se suma la comunidad de Miranda. Presentamos el proyecto autobiográfico de la comunidad de Pozo Blanco, con las ramificaciones familiares que nos vinculan con Ojo de Agua y Miranda. Una obra documento, árbol genealógico y memoria atravesada por textos de Juan Rulfo, Octavio Paz, Antón Chéjov y participantes de las tres comunidades.

—Cómo llegar a Fuente Ovejuna

San Juan de Abajo, León

Sara Pinedo, directora

Fuente Ovejuna no es solo un lugar. Es una actitud, la de retomar lo que nos pertenece por derecho. De reconocernos y retomar nuestros espacios. Volver a la lengua primera: el cuerpo. Retornar a la escena primera: la fiesta.

Con estas premisas imaginamos nuestro Fuente Ovejuna. Una calle, una plaza que se llena de la tradición popular, de nuestra identidad mexicana y por tanto latinoamericana, para contraponerse a aquellos que han pasado sobre ella, que la han tomado a la fuerza y mutilado su dignidad, como a Jacinta y Laurencia.

Utilizando herramientas del teatro del oprimido, hemos realizado ejercicios que detonan cuestionamientos en torno a los conceptos “revolución”, “abuso”, “despojo”, “derecho”, “justicia” y “libertad”, entre los participantes. La resignificación de “El torito” y “la quema de judas” mediante su conjugación con elementos del circo, danza, música, y cuadros extraídos del texto de Lope de Vega, conformaran nuestra carnavalesca versión de Fuente Ovejuna. Una celebración de la revolución.