Por: Redacción
A Elena Garro hay que releerla para rescatarla de un injustificado olvido, plantearon Adriana Konzevik y Sandra Félix, quienes brindaron un homenaje a la escritora mexicana en el marco del centenario de su natalicio.
En el Foro Gonzalo Rojas de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo 2016,
se abrió un espacio para rememorar la vida y obra de la autora de novelas como Los recuerdos del porvenir y de obras de teatro como Felipe Ángeles y Hogar sólido.
“Es una escritora cuya biografía devoró injustamente su excepcional obra, la cual merece ser ampliamente conocida y valorada mucho más allá del centenario de su nacimiento, por la singular calidad de su escritura, por el poderío de su imaginación y su capacidad de hacer literatura su propia vida”, destacó la gerente de Producción del Fondo de Cultura Económica (FCE), Adriana Konzevik.
Para Konzevik, Elena Garro fue una escritora polifacética y para entender su obra es necesario separarla de su vida, a pesar de que estén íntimamente vinculadas sobre todo con algunos momentos que vivió, como la guerra cristera, su divorcio del escritor Octavio Paz, las acusaciones contra personajes famosos a los que culpaba de alentar a los jóvenes en el movimiento del 68, lo que finalmente causaría su exilio en París, donde vivió dos décadas muy solitarias hasta su regreso a México en 1993.
“Aunque su obra fue ella misma, es patente que la voz colectiva para ella era muy importante; aunque a veces no encarna en personaje alguno, sí aparece como la voz de las mujeres, las que la acompañaron en su vida real y las imaginarias. Quizás porque su existencia fue tan azarosa, Elena siempre quiso escapar hacia el futuro”, afirmó.
La dramaturgia fue una de las múltiples facetas de Elene Garro y sobre su legado habló la dramaturga Sandra Félix, quien aseguró que la escritora homenajeada transformó la manera de escribir teatro, al hacer a un lado el realismo mexicano.
“Elena Garro habló sobre la fantasía, de la magia, sobre mujeres mágicas, romper con el tiempo y el espacio. Estas cosas no existían en la teatralidad; antes se hacían cosas como Shakespeare o el teatro griego, que eran más realistas. Elena abre nuevas brechas con el teatro poético, dándonos otra forma de ver el mundo”, afirmó Félix.
“Yo creo que es una voz única en el firmamento teatral, inconfundible, poética, maravillosa, inolvidable, muy mexicana. Por eso se le llama ‘la maga de la palabra’ o ‘la partícula revoltosa’. Siempre es bueno regresar a Elena, por su vigencia, por su fuerza, por su humor y porque nos reconocemos como sociedad en sus obras”, agregó Sandra Félix.
Adriana Konzevik adelantó que como parte de los festejos por el centenario del nacimiento de Elena Garro, el FCE está preparando dos libros, uno que recoge 16 de sus dramaturgias más representativas y otro de textos y novelas poco conocidas.
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