Por: Redacción/
Estas imágenes centenarias en roca del México antiguo, teñidas e ideadas por los toltecatl (artistas), tienen ahora mucho futuro. El bagaje pictórico de valor universal previo a 1521, que se encuentra adosado a construcciones arquitectónicas en nuestro país, es el corpus de estudio del Seminario de Pintura Mural Prehispánica del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM.
El proyecto, que inició en 1990 bajo la coordinación de Beatriz de la Fuente, ha abordado, registrado, estudiado y difundido el valor de este capital cultural con un enfoque multidisciplinario, a través de imágenes.
Esta iniciativa, ahora coordinada por María Teresa Uriarte, reúne arqueólogos, arquitectos, biólogos, historiadores, historiadores del arte, diseñadores, restauradores y dibujantes de la UNAM y del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y “cuenta con 50 mil imágenes analógicas y 100 mil digitales, que convierten a este archivo en el más completo sobre el tema que existe en el mundo”, señaló María Olvido Moreno, integrante del proyecto.
La pintura mural, comentó, se hacía como homenaje a los difuntos; para la representación de los mitos, de la cosmogonía, y quizá también como registro de la vida cotidiana. “En los muros quedó registrado el testimonio del pensamiento, las actividades, la religión… Son un poco como un códice, pero plasmado sobre la piedra, son como un libro abierto”.
Al respecto, María Teresa Uriarte expuso que la importancia de esta iniciativa es que confluyen varias disciplinas; así, este acervo se puede apreciar desde distintos ángulos del conocimiento. “Pero lo fundamental es que estamos preservando el patrimonio artístico e histórico de México; si no fuera por la UNAM, mucho de éste ni siquiera se conocería”.
Parte de nuestra labor, terció María Olvido Moreno, es hacer difusión a partir de estos materiales, que son significativos porque en muchos casos son testimonio único de los murales. “Con las fotografías de la pintura mural hacemos trabajo de curaduría y exposiciones temáticas. Una de las más recientes fue en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica”.
La universitaria resaltó que uno de los retos de esta iniciativa es la conservación de los 50 mil materiales analógicos, que deben tener ciertas condiciones de temperatura y humedad, así como su digitalización, que ya está en proceso.
Otro objetivo es la edición de nuevos volúmenes de la serie impresa sobre la producción pictórica prehispánica, que ha dedicado números a Teotihuacán, Oaxaca, Bonampak y Cacaxtla. Ya se trabaja en el siguiente, dedicado a la pintura mural de la Huasteca, concentrada en las zonas arqueológicas de Tamuín y Tamtoc, ambas en San Luis Potosí, “acervo que nunca antes se ha estudiado a profundidad con diversidad de enfoques y propuestas”.
Parte de los resultados del proyecto universitario es el Museo de Murales Teotihuacanos Beatriz de la Fuente, en donde se realiza la propuesta, curaduría y cedulario en esta zona arqueológica.
Citlalli Coronel y Martha Vargas, responsables del área gráfica y del diseño, comentaron que cada imagen se procesa y trabaja con tecnología digital, y después se unen. “Tratamos de generar herramientas y material de registro para los investigadores en historia del arte. Las obras a veces se deterioran o se pierden, y con nuestra labor contribuimos a la catalogación y a los estudios de éstas”, concluyó Coronel.
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