Por: MUGS / Redacción

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través de la Dirección General de Publicaciones (DGP), presentó en la última jornada de actividades de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara los libros Ojos en la sombra, de Jaime Muñoz Vargas, y Murallas, de Gabriel Bernal Granados, títulos recientes de la colección El Guardagujas, que lleva el nombre en memoria del jalisciense Juan José Arreola, uno de los cuentistas más destacados en la historia literaria de México.

A partir de este punto, Bernal Granados y Muñoz Vargas coincidieron sobre la concepción de sus libros y la importancia de que iniciativas como El Guardagujas mantengan la promoción de la narrativa corta.

En la presentación, Alejandro Merlín, subdirector editorial de la DGP, habló sobre cómo editoriales y público en general suelen privilegiar la novela sobre la narrativa corta, y señaló que la colección El Guardagujas, con 41 volúmenes editados hasta ahora, representa una forma de medirle la salud al cuento, afirmación que apoyaron Gabriel Bernal Granados y Jaime Muñoz Vargas al destacar la labor realizada desde el Conaculta en favor de la promoción de todo tipo de literatura.

Murallas

Murallas, de Gabriel Bernal Granados, es un libro atípico que debe leerse en oposición a la otredad. El volumen aspira a la comunión con el otro. En vez de poner murallas, el autor pretende crear puentes. Los relatos que lo componen, con leves referencias autobiográficas, dibujan un mosaico de diversos matices donde prevalece la nostalgia.

Con una prosa acabada, a consideración de Alejandro Merlín, los relatos del volumen no deberían leerse aislados, sino como una unidad. Las historias están enlazadas por temáticas y personajes femeninos que hipnotizan por igual a los protagonistas de los cuentos y a los lectores.

En el caso de Ojos en la sombra, Jaime Muñoz Vargas se enmarca en la avanzada de literatura del norte que invadió la FIL. Aunque nacido en Gómez Palacio, Durango, el autor ha vivido toda su vida profesional y formativa en Torreón, Coahuila, por lo cual la mayoría de los relatos que componen este libro son también un retrato coral de un espacio habitado por protagonistas que se mueven en una región marginal de la vida cultural y literaria: un filósofo que no sabe bailar, un académico con sed de poder, estudiantes de periodismo con la tarea de narrar el Súper Bowl en Los Mochis, Sinaloa.

A través de estos libros que forman parte del catálogo reciente de la DGP, sus autores se confirman como voces reconocibles dentro de la narrativa corta, al tiempo que El Guardagujas reafirma la tradición del cuento mexicano en el panorama de las letras hispanas.

En su intervención, Jaime Muñoz Vargas se refirió a sus contemporáneos y coetáneos, como Eduardo Antonio Parra y Vicente Alfonso, en quienes reconoció a autores notables, en tanto que Gabriel Bernal Granados apeló a la tradición y recordó a Juan Rulfo y a Juan José Arreola. Todos ellos maestros del cuento, el género que, de acuerdo con Julio Cortázar, gana lectores por knock-out.