Por: Redacción/
“Para ser un buen hijo de México tampoco es fuerza invocar el nombre de la patria desde el aperitivo hasta los postres, ¿qué tendremos los mexicanos que no podremos ir a donde todos los pueblos van? La única manera de ser provechosamente nacional consiste en ser generosamente universal, pues evidentemente, nunca, nunca la parte se entendió sin el todo”: Alfonso Reyes.
La Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y la Coordinación Nacional de Literatura, presentó Caminos de Alfonso Reyes de Alberto Enríquez Perea, obra editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, que es testigo del recorrido vertiginoso, y a veces pausado, por el mundo que el escritor, diplomático y creador de instituciones realizó gran parte de su vida, dejando a su paso simpatía e inteligencia.
En la presentación editorial llevada a cabo este miércoles en la Casa Museo Alfonso Reyes participaron, además del autor, el escritor y editor, Antonio Ramos Revilla; el profesor e investigador, César Benedicto Callejas, y Rodrigo Miranda Berumen, quienes moderados por el reconocido historiador, investigador y académico, Javier Garciadiego, ahondaron en el viaje de encuentros y desencuentros, emprendido por el llamado “regio universal” por América y Europa.
Sobre su obra, producto de años de investigación y compilación, donde lo fundamental es la figura paradigmática que en la historia en nuestra cultura tiene el llamado Mexicano Universal, el autor aseguró que da cuenta de “todas las preocupaciones, anhelos y desvelos de Alfonso Reyes, para que México ocupara un lugar muy importante en el mundo. Se narra todo el periplo literario, diplomático y político, donde la inteligencia de Reyes lo hace una figura que enaltece la representación mexicana”.
“Es nuestro más grande humanista, siempre estuvo a la altura de la circunstancia y dejaba a su obra hablar por sí misma”, aseguró Enríquez Perea, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, quien se formó como escritor en los talleres de la Capilla Alfonsina.
El trabajo realizado por el autor permite a las nuevas generaciones tener un acercamiento a la vasta obra de Alfonso Reyes, a través de las andanzas posteriores a su exilio, en las que recorrió su propio camino para construir su historia, en medio de las sociedades caídas en la violencia y en otras como la francesa y la española, donde encuentra la gran literatura, recorridos culturales, políticos, artísticos, diplomáticos, filosóficos, todos emocionales y aleccionadores.
El libro narra la estadía de Reyes en Brasil, donde se descubre como un hombre de pasiones y termina la consolidación de su obra, para finalmente regresar a su país para replicar un acto de bondad y generosidad, al ayudar a los españoles refugiados, quienes le apoyaron cuando él llegó a Madrid.
Durante su participación, Cesar Benedicto Callejas describió al Alfonso Reyes en el extranjero, como el hombre que se construye a sí mismo, logrando su identidad de escritor y captando la universidad de lo mexicano, y al Reyes que regresa a su tierra, como un hombre maduro y, sobre todo, un constructor de instituciones.
Para el historiador y catedrático de la UNAM, la nota distintiva de Caminos de Alfonso Reyes es “hacer un itinerario vital del tiempo que pasó el humanista fuera de México, y su retorno… es esta vitalidad del texto, una continuidad histórica vital, biológica incluso sobre la tarea del maestro y eso es algo que no habíamos visto”, destacó.
El más joven de los ponentes, Rodrigo Miranda Berumen, quien apoyado por Enríquez Perea, ha dedicado sus estudios de doctorado a Reyes, aseguró que esta publicación es una manera muy amable para acercarse a la vida y obra del también fundador del Ateneo de la Juventud, quien a su regreso a México se encontró con que sus años en el extranjero le promovieron una imagen de escritor lejano y poco mexicano, por lo que en sus últimos años se dedicó a la auto reflexión y exponer su propia visión de su obra, en busca del alma nacional.
Nacido el 17 de mayo de 1889 en Monterrey, Nuevo León, Alfonso Reyes se desempeñó como diplomático mexicano en España, Francia, Argentina y Brasil. Como académico presidió la Casa de España en México, hoy el Colegio de México, fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, docente y fundador del Colegio Nacional, recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Literatura y Lingüística en México.
Reyes recibió doctorados Honoris Causa de las universidades de Princeton y Berkeley, el California, Estados Unidos de América, y de la Sorbona de París, Francia. Falleció el 27 de diciembre de 1959, en la Ciudad de México.
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