Por: Redacción/
El investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Eduardo Matos Moctezuma, presentó la tarde de este viernes 25 de mayo la segunda edición de su libro Historia de la arqueología del México antiguo, en el Auditorio del Museo del Museo del templo Mayor.
El arqueólogo e historiador narra el desarrollo histórico de la arqueología en México, desde los primeros estudios realizados sobre las sociedades prehispánicas y las investigaciones documentadas por evangelizadores en el siglo XVIII, hasta la creación del INAH y la aplicación de nuevas tecnologías que facilitan el quehacer de esta disciplina en la actualidad.
La primera edición de la obra, publicada por el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 2010, se agotó. Esta versión cuenta con la presentación de dos de sus alumnos más destacados, los doctores Manuel Gándara Vázquez y Leonardo López Luján, autoridades en arqueología, quienes han aportado mucho al campo científico internacional.
Este viernes concluyó el ciclo de presentaciones editoriales con Historia de la arqueología del México antiguo, de Eduardo Matos Moctezuma, quien nos lleva de la mano, al ritmo siempre de una ágil narrativa, por los derroteros de los cientos de años durante los que esta disciplina se ha desarrollado en el país.
En la mesa, llevada a cabo en el Auditorio Eduardo Matos Moctezuma del Museo del Templo Mayor, el autor estuvo acompañado por la directora del recinto, Patricia Ledesma Bouchan, y por el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, quienes destacaron la trayectoria profesional del autor, centrada en la discusión, el análisis, la investigación y la puesta en práctica de temas relacionados con la gestión del patrimonio arqueológico y la divulgación del conocimiento científico.
En palabras de Eduardo Matos Moctezuma, quien comenzó a gestar desde sus tiempos como estudiante, su tema es de suma importancia, ya que “da cuenta del desarrollo desde el pasado más remoto, hasta el momento actual. No se puede entender a un país si no tienes la visión de qué ocurrió en ese país desde sus tiempos más antiguos; entonces la historia y la arqueología se encargan de ir armando ese rompecabezas que te va a permitir tener esa dimensión de lo que hoy eres. La arqueología no sólo apunta al pasado, apunta hacia el presente y al futuro”.
Para la realización de este compendio, obra básica de consulta para todo público que presenta un recorrido cronológico por el desarrollo de esta disciplina en nuestro país, su autor contó con el apoyo de la fallecida investigadora Lourdes Cué, quien hizo una profunda investigación para recopilar las cerca de 400 ilustraciones y fotografías que contiene la obra.
Durante la presentación, tocó a Raúl Barrera Rodríguez hacer una breve descripción de la estructura de la publicación, que cuenta con nueve capítulos divididos en dos volúmenes.
En el volumen uno encontramos el primer capítulo, que expone la visión indígena, creencias y concepción del pasado, que se ve contrastada en el siguiente apartado con la colonial, a través de los cronistas de la Nueva España, ya sean civiles, soldados, clérigos o indígenas; el tercero, que abarca de 1670 a 1750, aborda La vuelta a la mexicanidad; el cuarto capítulo, La ilustración o el retorno de los dioses, de 1750 a 1821; el quinto, Los inicios del México independiente entre los años 1821 y 1877, y un sexto capítulo narra lo sucedido durante el Porfiriato, de 1877 a 1911, destacando los trabajos arqueológicos y la creación de los primeros museos en nuestro país.
El siguiente volumen inicia con el capítulo séptimo, que abarca el periodo revolucionario, de 1911 a 1925, en el que destaca los trabajos de Manuel Gamio y sus descubrimientos en la zona de Teotihuacan; el capítulo octavo cobra especial relevancia, pues narra la institucionalización de la arqueología con la creación del INAH en 1939, para llegar finalmente, al noveno, el periodo actual, que da cuenta de los avances en la ciencia y descubrimientos arqueológicos de 1950 a la fecha.
Historia de la arqueología del México antiguo también incluye trabajos de fotografía aérea y las distintas modalidades de la investigación, como el rescate y salvamento arqueológico, así como investigaciones más específicas.
Gracias al apoyo visual y a la interpretación, la obra responde a casi todas las preguntas que un maestro en la materia llega a hacerse. “La solidez de su investigación y la claridad de su exposición, permiten la construcción de la historia de la Arqueología; no se limita a seguir el desarrollo de las técnicas de excavación, las teorías, el devenir de las instituciones o los descubrimientos. Se adivina la maestría en el tema que sólo el tiempo y la dedicación pueden dar”, agregó Patricia Ledesma, quien también es pupila de Matos. “Los textos a veces atrapan la personalidad de sus autores. En este caso el texto es igual que su autor: un roble”, aseveró.
Los ponentes coincidieron en que hacer una historia de la propia disciplina no es sencillo, ya que no se trata de proporcionar un recuento de datos cronológicamente expuestos, el buen historiador da luz sobre los episodios clave para comprender nuestra situación fenoménica y aquellos procesos que nos arrojan a la reflexión.
Eduardo Matos ubica a todos en su justo lugar, sin la necesidad del desmerecimiento tampoco cae en la adulación, el libro recuerda que es preciso tener en cuenta a quienes ya han pasado, agradecer y reconocer sus esfuerzos para forjar la profesión.
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