Redacción
Las raíces, los signos sincréticos caribeños, la huella cultural africana y española, y su relación con los mitos y la naturaleza se manifiestan en la obra de artistas cubanos de edades, criterios estéticos y lenguajes distintos.
En Cuba, arte y color, el taller de serigrafía de René Portocarrero permite además un recorrido por los colores, la tradición, la vanguardia, la historia y el arte de la isla.
La muestra –que ocupará la Galería del Tiempo de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) hasta el 27 de junio– ofrece un crisol de razas a partir del mundo exuberante americano.
Las obras expuestas viajan entre lo figurativo y lo abstracto, lo místico y lo religioso, lo real y lo mítico en la serigrafía creada en el taller del artista cubano con sede en La Habana Vieja, declarada en 1982 patrimonio cultural de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Ese recinto con 35 años de vida es el medio impresor favorito de los pintores cubanos, pues ha engendrado gran cantidad de trabajos con alto nivel técnico-estético.
La exposición plasma criterios estéticos y lenguajes artísticos diversos en la obra del propio Portocarrero y de Servando Cabrera, Amelia Peláez, Alfredo Sosabravo, Zaida del Río, Arturo Montoto, Flora Fong, Pedro Pablo Oliva, Ernesto Rancaño y Moisés Finalé, entre otros.
En las piezas hay un espíritu de libertad y, aun cuando denotan que no existe un artista igual al otro, algunos detalles señalan continuidad. En conjunto resaltan el abanico de colores y formas que siguen los caminos de creación.
La exposición es apenas un trozo pequeño de la realidad artística de la isla, donde existe gran diversidad; es viable también la percepción del sentido de nacionalidad, originalidad y el afán transformador de los cubanos.
El arte cubano es punto de encuentro entre los contextos pasado y actual. La Revolución Cubana forjó una línea artística que separó discursos políticos diferentes. En las décadas de 1970 y 1980 existía una gran masa de artistas egresados de las escuelas que dio más riqueza al arte local, informó el Ministerio de Cultura de Cuba, mediante el Fondo Cubano de Bienes Culturales y por el Consejo Nacional de las Artes Plásticas. La curaduría de la exposición estuvo a cargo de Alberto Andrade, jefe de Relaciones Públicas de la Casa del Lago Juan José Arreola.
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