Por: Oswaldo Rojas
Esto es muy sencillo:Haruki Murakami se ha vuelto un autor tan famoso e íconico para la generación millenial, posiblemente lo seguirá siendo para la Igen, que se nos ha olvidado comprender las razones que en verdad hacen de un escritor uno de los grandes.
Los libros de Murakami se han alzado en las mesas de novedades y tops de libros más vendidos tan rápido como cualquier best seller pero sus acérrimos seguidores y defensores insisten en dar a sus novelas y pocos relatos un enorme valor literario. Es entendible puesto que son historias que:
• Hacen seguidas referencias a la cultura pop, mismas que a los lectores da la sensación de conocer y estar informados. Pero en las historias no llegan a tener una función clara ni relevante. Apple, Kafka, las fases de la luna, Dostoyevski, etc.
• Sus lectores disfrutan de personajes misteriosos, introspectivos, acomplejados…en los que gustan creer están reflejados.
• Las historias inician y terminan con bastante sencillez. Los altibajos son esperables, así como él climax y el relleno. Incluso los momentos sexuales son lo suficientemente frecuentes como para que el lector no se aburra de tantos monólogos filosóficos.
• Parece un autor exótico. Claro que Japón queda bastante lejos y la literatura nos acerca a otros paisajes, no tan tocados por el anime. Pero al final retrata una realidad tan vulgar como la nuestra.
Otra de las constantes en sus novelas es la ambigüedad de sus tramas. Sus personajes tienen aparentes llegadas de meta, cambian y, en ocasiones, crecen. Sin embargo, no hay una claridad de para qué.
En sus historias muchos elementos se pierden, los olvida o los minimiza. Uno termina sus novelas con menos cosas de las que empezó. Uno termina sus novelas y sigue siendo el mismo.
Peor. La mayoría de sus personajes son adolescentes o si son mayores, tienen la mentalidad de uno. Preocupados por su novia, por sus educación escolar, por su familia disfunciónal. Cuando se tienen que enfrentar su muerte, la de su realidad o la de algún familiar/amigo, el nipón desaprovecha el argumento y resuelve el gran conflicto humano en una versión descafeinada, dónde poco podemos ahondar porque sus personajes se distraen con facilidad.
El conocido y solitario autor está rodeado de un enorme aparato publicitario. Antes del lanzamiento de algún blockbuster book suyo, se genera una enorme expectativa que alienta a nuevos y viejos lectores a comprar algún ejemplar. El autor que supuestamente nunca da entrevistas las concede a editoriales y medios semanas antes de la salida al mercado de alguna novedad suya.
En fin. Las historias de Murakami se seguirán leyendo por 50 años más, después de eso se irán olvidando, cayendo en la nada de otros miles de escritores. Hasta que eso suceda seguiremos teniendo noticias sobre despiadados países de las maravillas y realidades alternas de 1984.
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