Por MUGS Redacción
El plurilingüismo y el arte constituyen dos aportes que los Estados de Flandes han legado a la cultura hispana a lo largo de una relación que perduró dos siglos, afirmó Robert Verdonk, historiador de la lengua, reconocido hispanista, investigador emérito de la Universidad de Amberes y doctor honoris causa por la UNAM.
A propósito de su investidura por esta casa de estudios, el también doctor en derecho y filosofía ofreció la conferencia magistral “Los Estados de Flandes en el Imperio Hispánico (siglos XVI y XVII)”, en el salón de actos del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH).
Acompañado por la directora de la entidad, Ana Carolina Ibarra González, y el investigador emérito Miguel León-Portilla, Verdonk destacó que, bajo el dominio de la corona española, la cultura flamenca conservó algunos rasgos propios y se adaptó a nuevos retos, como la adopción del español.
El primer diccionario bilingüe y palabras como calibre, convoy, recluta, petardo y tren son algunas reminiscencias de esa relación que se incrustaron en la lengua castellana, abundó el fundador y director del Centro de Estudios Mexicanos de la Universidad de Amberes.
Al hacer un repaso detallado por la relación entre el imperio español y los Estados de Flandes, recordó que en el siglo XVI éstos eran un conglomerado de condados, ducados y pequeños estados que ocupaban desde parte de Holanda hasta el norte de Francia, teniendo en el sur y oeste el núcleo de su desarrollo, basado en la economía urbana y una agricultura muy avanzada.
Felipe el Hermoso se perfiló como el primer soberano nacional de la región, quien se casó con Juana (más tarde llamada “La loca”), hija de los reyes católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
Luego, el hijo de Felipe y Juana, Carlos V, también llamado de Habsburgo, gobernó Flandes por un largo periodo y tuvo en altos puestos a extranjeros, no flamencos, lo que a la larga le significó una rebelión que afectó a los 17 Estados de Flandes y el obispado de Lieja, precisó Verdonk.
En 1555, Carlos V abdicó a favor de su hijo Felipe II, quien enfrentó a grupos protestantes y nunca pudo lograr su objetivo de reunir a todos los estados católicos en contra de los turcos.
Acostumbrado al cruce de lenguas y de nacionalidades distintas, Flandes se convirtió en un centro plurilingüista que impulsó una refinada tipografía de imprenta, los grabados en cobre y ediciones de libros que incluso llegaron a la Nueva España.
“A nivel militar, Flandes funcionó de manera similar a la actual Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con un ejército de varios países, comandado por España, pero donde los soldados tenían varias nacionalidades”, relató.
Embajador cultural: León-Portilla
Al referirse a Verdonk, a quien conoce desde hace 25 años, León-Portilla lo describió como un investigador acucioso y cristalino, que se ha convertido en un verdadero embajador cultural a través de la fundación y dirección del Centro de Estudios Mexicanos de la Universidad de Amberes.
“En ese centro hay una gran biblioteca sobre la cultura mexicana y se ha establecido un puente de relación cultural entre Bélgica y México”, resumió.
Finalmente, celebró el grado de doctor honoris causa que otorga la UNAM a Verdonk, porque es un reconocimiento a su trayectoria que lo tendrá “aún más cerca de nosotros”.
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