Por: Oswaldo Rojas
Orhan Pamuk escribió una novela siguiendo su idea de que existen dos tipos de hombres: los ingenuos y los sentimentales. El protagonista de Una sensación extraña, habita en la primera categoría. Mevlut es un niño que junto a su padre migra de su pueblo a la zona limítrofe de Estambul para vender yogurt y boza. Su sueño, igual al de todos los que iniciaron ese éxodo, es hacerse de fortuna en la enigmática ciudad, que cada vez es más grande y reluciente.
Pero Pamuk nos advierte desde el inicio que las metas de Mevlut no se cumplirán y observará como sus familiares y amigos corren rápidamente y sin demasiados tropiezos hacia el éxito, mientras él pasa su vida de un trabajo a otro: de vendedor de yogurt a camarero, de vendedor de arroz a encargado de un buffet, de inspector eléctrico a asistente en un estacionamiento; el único trabajo en el que encuentra solaz y al que siempre regresa, es al de vendedor de boza, una bebida tradicional de Turquía, que le enseño a preparar su padre.
El ingenuo y pueril Mevlut recorrerá por años las calles de Estambul, donde conocerá los entresijos de sus habitantes y la naturaleza oculta que guarda la urbe. Con el tiempo sus bucólicos primeros años de vida desaparecerán, pues la ciudad en pleno desarrollo lo integrara a ella solo para después hacerlo a un lado, cambiando de forma para dejar al protagonista con la extraña sensación de no ser parte de ella: de estar solo en medio de todo ese devenir.
En una polifonia de voces el novelista cuenta el drama de Mevlut, quien se enamora de una joven con tan solo mirar sus “ojos como abismos”, lo que provocará el engaño de sus primos para que se case con la hermana mayor, Rayiha, en lugar de Samiha, la menor. Con honor y buena fe Mevlut encuentra en su primer matrimonio el sentido de la felicidad y de pertenencia.
Para matizar tanto la vida romántica de Mevlut como su búsqueda de éxito, Orhan Pamuk relata los sucesos que hacen cimbrar a la ciudad: golpes de estado, terremotos, atentados terroristas, movimientos políticos y disputas religiosas. Todos los acontecimiento tienen como personajes a turcos y kurdos, creyentes alevís, chiíes y suníes. La intención de Pamuk es que su lector asista a todos esos momentos, pero siempre desde la vida de Mevlut. Aun cuando se desprende de él para narrar, su única intención es acercarnos a la interpretación que su protagonista da a esa realidad y como esos acontecimientos alteran la pacifica vida interior de su protagonista.
Es una novela que rezuma tristeza y nostalgia a pesar de estar forjada en el optimismo/fortaleza de Mevlut. Se vuelve retrato de la falta de oportunidades e igualdad que imperan en una sociedad progresista, de una sensación de pérdida y un no recuperar nunca aquello que amamos. Es justo como Kundera explica en La Ignoracia, Mevlut vive en la añoranza, en el dolor de ignorar aquello que depara su propia vida. .
El protagonista se mantiene distante de todo, no ejerce presión, ni define su “opinión publica de la interior, la voluntad de su corazón de la sus acciones”. Da la impresión de ser un hombre aniñado, cobarde y hasta oportunista. En realidad, él es así para evitarse conflictos y mantener la delicada armonía con todas las personas que considera importantes en su vida. De esa docilidad nace nuestra empatía por él. Esperando que el siguiente revés en la trama no sea demasiado duro, pero también ansiándolo para descubrir como un sujeto como Mevlut se repondrá.
Así, a través de las reflexiones de Mevlut, el lector se preguntará sobre el control que posee sobre su propia vida y lentamente se reconciliará con ese caos que se llama LA SUERTE.
Una sensación extraña describe los temas que le encantan a Pamuk: la ciudad, la formación de la personalidad y la búsqueda del amor. Y aunque a momentos la lectura se vuelve distante por la moral del pueblo turco, esa exoticidad es la que nos mueve a conocer las intenciones y destinos de sus personajes.
Una sensación extraña. Orhan Pamuk. Traducción de Pablo Moreno González. Literatura Random House
No Comment