Por: Redacción
Como un creador irreverente y multifacético y un sabio del siglo XXI de generosidad inagotable, calificó Sergio Ramírez Cárdenas, subdirector general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), al músico y compositor Julio Estrada al otorgarle la Medalla Bellas Artes.
En el Palacio de Bellas Artes, el pianista, compositor, investigador y docente, Julio Estrada (Ciudad de México, 1943), uno de los instrumentistas más versátiles y completos del panorama de la música contemporánea, recibió la distinción que se entrega a los creadores que con su obra de excelencia contribuyen a incrementar el patrimonio artístico de México.
Sergio Ramírez Cárdenas aseguró que para la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes “es un honor hacerte entrega de la Medalla Bellas Artes por tu labor constante, incansable y comprometida con la creación, distinción que reconoce tu brillante y prolífica trayectoria con la cual has contribuido notablemente al desarrollo musical de México”.
La distinción, dijo, “va acompañada del respeto de las instituciones, la admiración de tus colegas y sobre todo el profundo cariño de aquellos alumnos que gracias a tu vida y ejemplo son hoy creadores reconocidos”.
Aunque es sumamente difícil definir tanto la música de Julio Estrada, como al creador, el funcionario del INBA señaló que su música es una experiencia alucinante, inédita y que él es “un irreverente, por supuesto, un sabio del siglo XXI, aunque lo niegue, multifacético, es un monstruo y es una generosidad también inagotable”.
Por su parte, Julio Estrada agradeció la distinción que en este año también han recibido personalidades como Isabel Beteta, José Ramón Enríquez, Francisco Hernández, Manuel Larrosa (1929-2016) y Federico Silva.
Y es que, dijo, piezas de encargo como Eolo’oolin para percusiones se ha escuchado en nuestro país un tercio de siglo más tarde de su creación, mientras que Eua’on’ome para orquesta, luego de más de cuatro décadas aún no suena aquí.
En su música, destacó Julio Estrada, ha optado “por escarbar del sueño a la razón y convocar en mí los pocos ingenios a mi alcance”.
Por ello, agregó, él no compone, sino crea: “ensayo sin reparos para convertir el imaginario a una realidad musical nueva, abierta al tropiezo y cerrada a la certidumbre”.
Por su parte, Frederic Ives Jeannet lamentó que la obra de Julio Estrada se conozca más en el extranjero que en nuestro país, a lo que Amadeo Estrada, hijo del compositor, agregó que es porque se trata de música diferente, que es reconocida y que se sigue con más interés y sorpresa en el exterior.
El guitarrista Gonzalo Salazar, quien interpretó durante este homenaje Caja con trenzas, obra maestra de Julio Estrada para guitarra, señaló que la música del compositor es tan nueva, peculiar e impactante, que abre un nuevo universo, pues va de la realidad a la imaginación y es la entrada a otro mundo.
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