Por: Redacción/
Los presagios funestos y las dudas de Motecuhzoma ante la llegada de Hernán Cortés y sus tropas españolas, el deslumbramiento de los invasores ante la grandeza del imperio mexica, pero también su ambición desmedida, estuvieron representados en la ópera Motecuhzoma II, cuyas funciones ─jueves 7 y viernes 8 de noviembre─ tuvieron en el Zócalo capitalino una asistencia de 29 mil 340 personas y rindieron homenaje al filósofo e historiador mexicano Miguel León-Portilla (1926-2019).
Para conmemorar los 500 años del encuentro entre mexicas y españoles, el montaje ─reconstrucción de Samuel Máynez Champion, basado en músicas de Antonio Vivaldi (1678-1741) y organizado por el Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura local─, es fiel a la historia rescatada por León-Portilla en su legendaria obra La visión de los vencidos.
Durante la ópera, los asistentes presenciaron el encuentro entre Motecuhzoma y Cortés, que según el historiador Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, citado en la Visión de los vencidos, ocurrió el 8 noviembre de 1519, luego de que los conquistadores se acercaron al centro del imperio mexica por el sur, por Iztapalapa, y llegaron hasta Xoloco, hoy Calzada de San Antonio Abad.
Episodios como los cuestionamientos y miedos de la Malinche, la traición de Pedro de Alvarado, la matanza de sacerdotes y nobles nativos y, finalmente, la muerte, en medio del llanto mexicano, del gran tlatoani, también fueron abordados durante la ópera que fue cantada en español, náhuatl y maya.
“Los colibríes nos han enseñado a renacer”, “el águila poderosa jamás cae apresada”, “no son dioses sino hombres ambiciosos”, fueron algunas de las frases pronunciadas por los cantantes en náhuatl ante los miles de asistentes a la plaza pública más importante del país, quienes al término de la función ovacionaron el montaje.
“Presenciar este momento y haber visto la recreación de algo que ocurrió hace 500 años, con la música de un hombre que vivió hace 350 años, con la poesía del náhuatl, y con el alma puesta en cada aria, por los cantantes y coros, no me queda más que decir gracias a la vida”, expresó el secretario de Cultura local, José Alfonso Suárez del Real y Aguilera.
Difícilmente, añadió, “imaginé que pudiera ser promotor, que pudiera estar tan cerca de generar esa situación. Somos la Capital Cultural de América, prueba de ello es esta puesta en escena”.
Más de 150 artistas en escena
Con la dirección escénica de José Luis Cruz e Ignacio García, más de 150 artistas participaron en el montaje: 14 actores, 15 bailarines, 6 solistas, 30 cantantes de Stacatto, el Coro Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 40 danzantes del grupo Tlaltkpak de Tláhuac y 40 músicos de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), dirigidos por el italiano Francesco Fanna.
“El público ha tenido una recepción extraordinaria del montaje, entiende muy bien el tema, le fascina aunque esté interpretado en náhuatl, la gente siente y reproduce todo lo que ha venido aprendiendo culturalmente. Estamos hablando de los grandes mitos y estamos desmitificándolos para darle al público una versión más compleja de Motecuhzoma y Cortés, finalmente son seres humanos con una intervención fundamental en el trayecto de la historia y ambos fueron muy maltratados por la misma, y había que mostrarlos en su parte más humana”, expresó en entrevista el director José Luis Cruz.
El reto de montar esta pieza, añadió, fue fascinante porque es una plaza y realizar un espectáculo de esta magnitud debe contemplar ruidos y otros elementos, lo cual también se hace en los teatros. “Al final creo que cualquier espacio teatral hay que llenarlo y en este caso se trató de hacer llegar el mensaje al público y creo que lo hemos logrado. Lo fascinante del teatro o la ópera es que cada noche es irrepetible, nace y muere cada vez”.
Era importante montar Motecuhzoma en el Zócalo, comentó también el director de escena, “porque aquí fue el lugar de los hechos. Es una experiencia inolvidable, única, en este contexto, con este paisaje, porque aquí abajo están los monumentos aztecas, tenemos aquí al lado el Templo Mayor. Es un parteaguas que en el lugar donde fueron los hechos se realizara esta puesta en escena. Para mí es impresionante”.
El elenco estuvo integrado por Jorge Caso y Rubén Luque como “Hernán Cortés”; Amed Liévanos y Jacob Bravo, ambos como “Motecuhzoma”; Rogelio Marín en el papel de “Cacama”; Jorge Negrete y Diego León encarnan a “Pedro de Alvarado”, y como “Doña Marina” también participaron Alejandra Robles y Cristina Nakad.
Motecuhzoma II es producto de una meticulosa y exhaustiva investigación que le tomó una década al músico y escritor mexicano Máynez Champion, quien recurrió para asesoría a Miguel León-Portilla y Alfredo López Austin, destacados investigadores del mundo precortesiano; al dramaturgo Vicente Leñero y al poeta Juan Bañuelos, entre otros especialistas.
El autor ideó un nuevo libreto y reescribió la ópera Motezuma, desaparecida durante casi tres siglos, manteniendo la música de Vivaldi. Después de su hallazgo en Kiev, en 2002, Máynez se dio a la tarea de reelaborar la pieza con ayuda del violinista y director artístico Francesco Fanna, quien desde 1997 dirige el Instituto Italiano Antonio Vivaldi en la Fundación Giorgio Cini, de Venecia.
Motecuhzoma II, de Samuel Máynez Champion, se presentó como parte del Festival de Día de Muertos 2019 organizado por el Gobierno de la Ciudad de México, a través de las secretarías de Cultura y Turismo, así como del Fondo Mixto de Promoción Turística y la Autoridad del Centro Histórico. Entrada libre.
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