Por. Redacción/
¿Qué nos ha heredado la cultura negra, existirían el son, el jazz, la salsa, el folk, el rock y el hip hop, entre otros ritmos?¿el lenguaje corporal se entendería de la misma forma?¿cómo ha incidido en la poesía, y en el resto de las artes? éstas y otras reflexiones en torno a su valor e influencia, integran el espectáculo multidisciplinario Negritud, que grupos artísticos del Sistema Nacional de Fomento Musical, presentarán 5, 6 y 7 de mayo, en la Ciudad de México y Morelos.
Se trata de una introspección lúdica, en la que participan los Ensambles Escénico Vocal del Sistema Nacional de Fomento Musical y el de percusiones de la Orquesta Escuela Carlos Chávez y, quienes guiados por la percusionista Monserrat Revah y el coreógrafo peruano Luis Sandoval, descifrarán en el escenario la influencia de la cultura negra en su manera de hacer música y de ver el mundo.
En este sentido, tanto la maestra de percusión, como el coreógrafo apuntaron que en este montaje escénico-vocal el objetivo no es que los jóvenes percusionistas y cantantes, toquen y bailen como negros, sino que dialoguen con la Negritud y ellos descifren y descubran qué tanto ha incidido en su forma de entender la música y sentir el ritmo.
Nuestro interés es contar la historia de resistencia de la cultura negra mediante la interpretación de canciones de Belice, Colombia, Cuba, Estados Unidos, México, Perú, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela, ─países donde hay afro descendientes─ y que a su vez, músicos, cantantes y el público descubran qué agentes culturales se encuentran dentro de ellos, expresó Luis Sandoval, quién estudio coreografía, danza contemporánea y danzas africanas en la Escuela de Danzas del Mundo de Montpellier en Francia.
“Con Negritud queremos visibilizar el aporte de esta cultura al mundo a través del canto y la música. Las canciones que se van a interpretar tienen que ver precisamente con la alegría de este pueblo, con su resistencia, sincretismo religioso, y la relación que tienen con la naturaleza, porque hay que recordar que durante la primera diáspora de los pueblos africanos su equipaje fue lo que habitaba en el interior de su cuerpo”.
Sobre su trabajo con el Ensamble Escénico Vocal, el coreógrafo reiteró que no busca que bailen y canten como negros, sino que toquen su espíritu de manera interna, a través de la danza, encontrar los movimientos corporales, que saquen el ritmo de manera orgánica, ejemplo son los movimientos en las danzas africanas que tienen una conexión con la tierra por eso se baila descalzo y con movimientos que parten de la pelvis: una metáfora de vínculo con la tierra.
Por su parte, la maestra Monserrat Revah explicó que con Negritud se busca exaltar y revalorar las raíces negras de México y el resto del mundo, desde la música y la danza, no del lamento. “Aunque no están todos los países se hizo una selección sobre todo de la presencia de la cultura negra en el continente americano”.
“Es importante saber de dónde venimos, tener memoria es lo que nos hace mucha falta, para no volver a cometer las mismas atrocidades. La Negritud ha sufrido en diversos momentos, pero también ha mostrado su espíritu de resistencia y fortaleza, la cual han diseminado en todas las expresiones artísticas. En este caso nos concierne la música y la danza, donde el público además de disfrutar de coloridos cuadros multidisciplinarios se percatará de toda la incidencia que esta cultura ha tenido en la música que hoy escuchamos y cantamos”.
Asimismo, la percusionista señaló que su objetivo con el Ensamble de Percusiones de la Orquesta Escuela Carlos Chávez es que los chicos produzcan su beat natural. “Con ellos empecé a trabajar a principios de este 2018, en sesiones donde mi principal interés es que reconozcan lo que tocan y así comprendan lo que está pasando con la música, hoy día”, concluyó.
Negritud es un montaje escénico-vocal que estará apoyado con poesía de autores como Nicolás Guillén (Cuba) y Victoria Santamaría, además de algunos videos. La cita para presenciarlo es sábado 5, a las 18:00 horas y domingo 6 de mayo, a las 13:00 horas, en el Museo de la Ciudad de México, y el lunes 7, a las 20:00 horas, en el Teatro del Centro Cultural Teopanzolco, de Cuernavaca, Morelos.
El programa musical está integrado por Aye Cofpilo, de Madagascar; Meruá, de Belice; Luz, de Brasil; El pescador, de Colombia; Rezos a Obatalá, de Cuba; Amazing Grace, de Estados Unidos; El negro de la costa, de México; Tumba y cajón, de Perú; Banana boat, de Trinidad y Tobago; Baile de los morenos, Rezo de compasillo, y Candombe, de Uruguay; Culo E’Puya Sirena, de Venezuela.
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