Por: Redacción/
Dedicadas a rendir honores a los dioses o espíritus lwa, quienes de acuerdo con la religión vudú son seres supremos capaces de mediar las actividades humanas en relación con la naturaleza y todo a su alrededor, incluyendo el espacio, el tiempo y el destino, las banderas drapo vodou se exhiben en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo (MNCM), como una breve muestra de la belleza y el colorido del arte de Haití.
Gloria Artís Mercadet, directora del recinto museístico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), explicó que estos estandartes tienen un carácter artesanal, dirigidos al comercio y a la difusión, es decir, no son los utilizados en las ceremonias, aunque su manufactura es similar: primero se traza el dibujo en telas como el satín, terciopelo o rayón, y después se bordan laboriosamente a mano con lentejuelas, chaquiras y otras cuentas.
Durante la inauguración de la exposición Símbolos sagrados. Drapo vodou, banderas de Haití, la antropóloga agradeció a la Embajada de la República de Haití en México, haber hecho posible esta exhibición con el préstamo de esta colección y darla a conocer al pueblo de México.
El embajador de Haití en México, Guy Lamothe, tras agradecer al INAH por permitir difundir la cultura de su país, reconoció el trabajo de los creadores de las piezas que conforman la exposición, quienes muestran su arte en las calles de su nación, y que ahora llegan al museo.
Explicó que en el vudú, las banderas son elementos importantes y básicos que ponen en relieve personajes y símbolos ligados con dicha religión, mismas que son decoradas con colores cálidos.
“Son elementos de comunicación entre los iniciados y los adeptos, su función básica es saludar y acoger el espíritu de los dioses del vudú; se trata de objetos rituales ligados a la religión, los cuales, normalmente, son guardados junto a otros elementos en santuarios donde están los altares de los lwa, también llamados misterios o invisibles”.
Manifestó que cuando se habla de vudú, la sola palabra genera miedo, incluso rechazo en diversos ámbitos de la sociedad, ya que muchas veces está asociada al mal y en el imaginario se piensa en rituales macabros o en muertos saliendo de sus tumbas, pero es falso. “Esta exposición es sólo un pequeño homenaje al vudú, al arte, a la belleza y a los colores de Haití”.
La exposición, curada por Raffaela Cedraschi, investigadora del MNCM y especialista en culturas africanas, está integrada por 26 banderas no ceremoniales bordadas a mano con aplicaciones de lentejuelas y chaquira.
La religión vudú es sincrética, mezcla símbolos católicos con las deidades o espíritus locales, algunos cuyo origen es africano; nació en la cultura africana y llegó a tierras haitianas a consecuencia de la esclavitud y la sociedad de plantación impuesta por los colonizadores.
En la exhibición se detalla el simbolismo detrás de su creación y sus dibujos, al igual que su relación sincrética con algunos santos católicos, como Nuestra Señora del Cobre, la Madre Dolorosa, san José, san Patricio o Santiago Apóstol.
Las banderas que tienen un uso ceremonial se denominan drapo sèvis y pueden incluir dos motivos principales de imágenes: los santos católicos o un símbolo abstracto conocido como vèvè. Dicha insignia también se dibuja con harina de maíz en el piso, alrededor de un poste central, para servir de receptor de los espíritus durante las ceremonias vudú.
Las banderas y los vèvè trabajan en conjunto para hacer más efectiva la fuerza central donde debe concentrarse el espíritu lwa. La ceremonia es dirigida por un sacerdote denominado oungan o manbo, quien además se encarga de guiar la danza ritual para materializar la presencia de los dioses.
Entre los vèvè que se exhiben se encuentran las representaciones de Ogou, dios de los herreros, los metales, el fuego y la guerra; Erzulie, diosa del amor y del lujo, y Sobo, divinidad de los rayos, por mencionar algunos.
Se tiene registro de que las banderas haitianas pueden llegar a medir hasta un metro y contar con más de 15 mil cuentas bordadas. Diversos estudios coinciden en que están influenciadas directamente por los estandartes de los colonizadores europeos en África, que se arraigaron en el imaginario cultural africano como símbolo de poder. Así, los esclavos africanos los tomaron para resignificar su uso militar en un símbolo ritual vudú.
Cada una de las banderas drapo vodou representa un fragmento importante de la diversidad cultural, la simbología y el rico trabajo artesanal que prolifera en Haití.
Durante la inauguración también estuvieron Raffaela Cedraschi, investigadora del MNCM y curadora de la exposición, así como diversos integrantes del cuerpo diplomático haitiano, como el ministro consejero Garvey Jean Pierre, entre otros.
La exposición permanecerá hasta el próximo 10 de junio en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, ubicado en la calle Moneda 13, Centro Histórico de la Ciudad de México. La entrada es libre.
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