Por: Redacción/
Algunos de los resultados que ha arrojado el estudio de la arquitectura y la conservación de las edificaciones de la antigua Izapa, en Chiapas, podrán conocerse a partir de este viernes 17 de enero en el Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de Cuicuilco, al sur de la Ciudad de México, en la exhibición De Canto y piedra. Arqueología y conservación en el sitio arqueológico de Izapa, Chiapas.
Fue en la década de 1930 cuando llegaron a la profundidad de la selva, los primeros especialistas a registrar y excavar algunos edificios de Izapa, atraídos por el estilo característico de los monumentos pétreos y las enormes estelas grabadas con complejas escenas simbólicas, donde aparecen representados seres humanos y animales, así como gobernantes ataviados como deidades en actividades rituales.
Pero fue hasta 1960 cuando se realizó un programa de investigación extensivo, con la elaboración del primer plano del asentamiento y la excavación de sus monumentos y estructuras mayores.
Desde 2016, el Proyecto de Investigación y Conservación de Izapa, llevado a cabo por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), tiene como uno de sus objetivos, el estudio de los sistemas constructivos presentes en los edificios del Grupo F, con la finalidad de recuperar los conocimientos tecnológicos de este sector del asentamiento, ocupado durante el periodo Clásico.
Hacia el Clásico Temprano (250-600 d.C.) se transformaron los espacios del sitio y el área nuclear se trasladó hacia una zona elevada sobre la rivera oeste del río Izapa, que hoy los arqueólogos llaman Grupo F, de arquitectura monumental y destinado a las actividades cívico-rituales.
Los materiales arqueológicos encontrados para ese periodo muestran la inclusión de Izapa dentro de las extensas redes de intercambio a larga distancia, la cuales comunicaban puntos tan distantes como el Altiplano Central y la gran urbe teotihuacana o los sitios del Altiplano Guatemalteco.
En 2016, los trabajos en Izapa iniciaron con la exploración e identificación de los materiales de fábrica, el tipo de arreglo dentro de cada uno de sus elementos arquitectónicos y cómo fue que estos constituyeron unidades edilicias denominadas estructuras.
Hasta el momento se han intervenido las estructuras 125, 125-B y 130 del Grupo F, donde ha sido posible el reconocimiento de diferentes tipos de arcillas empleadas en sus elementos arquitectónicos, sus sistemas de cimentación y las técnicas para la construcción de su mampostería.
Esta investigación ha permitido efectuar labores de conservación adecuadas a los edificios, respetando sus sistemas constructivos y materiales originales, poniendo en valor las características propias de la arquitectura de este periodo de Izapa.
La mayor parte de la información que se conoce del sitio, se obtuvo en las investigaciones efectuadas por la Brigham Young University, en la década de 1960, las cuales además permitieron habilitar a la visita pública tres de los conjuntos el sitio, donde se localizaban los monumentos labrados: grupos A, B y F.
En el Grupo F se restauraron, en parte, las mayores estructuras que conformaban el epicentro de Izapa durante periodo Clásico, las cuales presentan una arquitectura caracterizada por la construcción de muros de cantos rodados, mientras que los rellenos constructivos y acabados como pisos y recubrimientos fueron elaborados con arcillas compactadas.
Izapa se localiza en la región de Soconusco, sobre la planicie de Chiapas. Sus orígenes se remontan al periodo Preclásico (alrededor de 1800 a.C.), cuando en las inmediaciones del río Izapa se fundó una pequeña población que se desarrolló hasta alcanzar su mayor crecimiento durante el Preclásico Tardío (350-50 a.C.).
Para dicho momento, ya tenía un arreglo ordenado en torno a grandes conjuntos de plaza delimitado por arquitectura monumental, convirtiéndose en uno de los mayores asentamientos de esa región y, muy probablemente, un importante centro político a nivel regional.
En ese periodo de auge, las plazas del sitio se poblaron con conjuntos de monumentos pétreos, algunos labrados con bajorrelieves que presentan escenas míticas asociadas con el ejercicio del poder por los grupos gobernantes de Izapa. Por su particular naturaleza, la iconografía plasmada en estos monumentos definió un estilo propio denominado “Izapa”, el cual encuentra paralelos en otros sitios arqueológicos en la planicie de Chiapas y Guatemala.
El Museo de Sitio de Cuicuilco invita a conocer algunos de los secretos de ese interesante lugar de la lejana región del Soconusco, ahora mostrados en un pedregal. Permanecerá abierta al público hasta el 22 de marzo.
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