Por: Redacción/

Este lunes 13 de julio, en el 66 aniversario luctuoso de la pintora Frida Kahlo (6 de julio de 1907-13 de julio de 1954), el Museo de los Ferrocarrileros ofrecerá al público el documental La extraordinaria belleza de la verdad. La vida y tiempos de Frida Kahlo.

Producida en 2004 por Daylight Films, la cinta estadounidense se transmitirá a las 18:00 horas en la página de Facebook (www.facebook.com/museodelosferrocarrilerosoficial/) del recinto de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.

En el trabajo audiovisual se describe a la artista como “una mujer mexicana que transformó su vida pintándose a sí misma; nacida en 1907, en el umbral de las grandes revoluciones del siglo XX, quiso improvisar su propia libertad para superar elegantemente una vida llena de dolor”.

Se recuerda que empezó a pintar desde los 19 años durante la convalecencia de un accidente que le dejó graves secuelas, “y pasó el resto de su existencia plasmando sus experiencias en unas de las imágenes más luminosas y sorprendentes de la época”, apunta la producción.

El filme documental también incluye intervenciones de figuras destacadas de la cultura mexicana, como la escritora Elena Poniatowska, quien recuerda que Frida “cuando era una jovencita quería ser un chico, se vestía como un chico. Era una persona que resultaba muy original, muy heroica, especialmente para México porque para una tradicional familia mexicana tener una hija que se viste como un chico, que se ponía trajes, chalecos, que se ponía corbata como ella hacía, era bastante traumático, especialmente para su madre”.

La vida de Frida Kahlo y el contexto histórico que la rodeó como la Revolución Mexicana durante su infancia, el nacionalismo revolucionario del arte tras el movimiento armado expresado sobre todo en el muralismo y su relación con el pintor Diego Rivera, son otros temas abordados en la película que compartirá el Museo de los Ferrocarrileros.

El cronista Carlos Monsiváis comenta que “Frida tiene mucha suerte al encontrarse sus estímulos: la preparatoria, los compañeros, la vida cultural, los poetas gays y Diego Rivera”. Para Kahlo, añade el escritor, “Diego lo es todo. No estamos hablando de un problema de amor desesperado, porque los amores desesperados de Frida fueron múltiples; estamos hablando de una fijación con alguien a través del cual descubre el arte, la notoriedad, los viajes, el conocimiento de personas muy importantes, a través del cual descubre la política y la vida mexicana como un paisaje”.

La pintora Rina Lazo apunta también que Frida “había visto pintando a Diego y a los otros artistas cuando estudiaba en la escuela preparatoria, pero entonces era una jovencita llena de vida, no había pensado en ser pintora; pero cuando sufrió el accidente, tuvo que quedarse en cama sentada durante horas y horas, y entonces su padre, que era fotógrafo, decidió darle unas pinturas; así fue como empezó a pintar”.