Por: Melisa Carrillo, Paola González, César Dorado
“Qué triste fue decirnos adiós
Cuando nos adorábamos más
Hasta la golondrina emigró presagiando el final”
José Rómulo Sosa Ortíz, mejor conocido como José José, murió este sábado a los 71 años de edad debido a complicaciones de salud en un hospital de la ciudad de Homestead, Florida, de acuerdo a la confirmación de la periodista Ana María Canseco.
Su música dejó un legado que se escucha hasta ahora en la radio, en los discos de nuestros padres o abuelos, en plataformas digitales como YouTube o Spotify, o incluso en versiones renovadas que artistas más recientes han hecho de sus éxitos.
Tras una larga lucha contra el cáncer de páncreas, “El Príncipe de la canción” dejó de aparecer en los medios de comunicación por continuas complicaciones de salud que, aunque reiteraba no eran graves, su apariencia denotaba otra cosa.
El día de hoy México y el mundo se encuentran tristes por la perdida de una voz que los acompañó en momentos desesperados y felices a lo largo de su vida, el intérprete de canciones como “El Triste” “El amar y el querer” “Si me dejas ahora” deja un espacio que no podrá volver a llenarse.
A lo largo de los años, la potente y emotiva voz de José José, dio vida a piezas ya consagradas en el repertorio mexicano, como los boleros de Álvaro Carrillo, y las obras de compositores como Armando Manzanero, Dino Ramos, Nacho González y Rubén Fuentes.
“El príncipe de la canción”
José Rómulo Sosa Ortiz fue el primogénito de la concertista Margarita Ortiz Pensado, y del tenor José Luis Sosa Esquivel, de quien heredó la voz y la educación musical que le permitieron abrirse paso en la vida bohemia de la ciudad. José comenzó cantando para presentaciones escolares y serenatas, y después en tríos de jazz y bossa nova en los que además de cantar tocaba el contrabajo.
A partir de que el productor y compositor Rubén Fuentes lo encontrara en una de las presentaciones del trío, la vida de José José cambiaría para siempre. Por lo que abandonó el seudónimo de Pepe Sosa, y adoptó el de José José en honor a su padre.
En 1969, debutó con el álbum “Cuidado”, una recopilación que incluye temas como “Pero te extraño”, “Una mañana”, “Agua con sal” y “Cuidado”, bajo la composición de personajes como Armando Manzanero, Nacho González y Arturo Prieto.
En su momento el álbum obtuvo poca difusión debido a que contenía los ritmos en los que el cantante se había desempeñado y que eran muy diferentes a los gustos populares de la época.
Pero en 1970, con la salida de “La nave del olvido”, todo cambiaría para el joven intérprete. La conjunción de las composiciones de Armando Manzanero, Rubén Fuentes, Dino Ramos y Nacho González, acompañados de las orquestas de Chucho Ferrer y Eduardo Magallanes, combinados con la potente voz de José José, alcanzaron inmediatamente un éxito internacional.
El 14 de marzo de 1970, José José representó a México en el II Festival de la Canción Latina con la interpretación de “El triste” de Roberto Cantoral y “Dos” de Wello Rivas. Ésta interpretación quedaría marcada para siempre en la carrera del cantante, debido a la ovación que recibió de figuras consagradas de la música mexicana, que apreciaron el alcance de su voz.
A partir de la publicación de sus primeros discos, la carrera musical de José José vivió una época dorada, en la que canciones como “Es que te quiero”, “Vive”, “El príncipe” y “Todo es amor”, fueron bien recibidas por el público.
“Gavilán o paloma”
En la década de los 70s José José debutó en el mundo cinematográfico con las películas “Buscando una sonrisa” y “Sueño de amor” de Rubén Galindo, en el que representó el papel del chico de buen corazón que vive atormentado para ser salvado por el amor de una chica.
Durante las grabaciones, el príncipe de la canción compartió escenas con artistas como Nadia Milton, Fernando Luján, Sasha Montenegro, Beatriz Aguirre y Verónica Castro. De la misma forma participó en la comedia romántica “La carrera del millón” también de Galindo, en la que compartió cámaras con Nubia Martí.
Posteriormente José José regresó a la pantalla grande para participar en “Gavilán o paloma”, una película autobiográfica en la que retrata su adicción al alcohol y el consumo de drogas, y en el film “Sabor a mí” basado en la vida del compositor mexicano Álvaro Carrillo.
A lo largo de 50 años de carrera musical, el príncipe de la canción ha lanzado a la venta 36 álbumes de estudio y 3 discos de sus presentaciones en vivo, por los que ha obtenido 67 discos de oro y 47 platinos.
Su álbum más exitoso “Secretos”, que fue producido y realizado por el compositor español Manuel Alejandro, se mantuvo más de 40 semanas en el primer lugar del Hit Parade de la lista Billboard en casi todos los países de habla hispana y Estados Unidos. A la fecha es la producción musical más vendida en la historia de México.
“Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida..”
Como consecuencia del abuso que hizo del alcohol, el esfuerzo de una larga carrera musical, la falta de descanso y una salud frágil, José José sufrió diversos problemas médicos que mermaron su voz a lo largo de su vida, como neumonía, la parálisis de su diafragma torácico, la operación de sus cuerdas vocales, diabetes, un enfisema, parálisis de Bell debido a la enfermedad de Lyme, depresión, retinopatía diabética, y más recientemente un adenocarcinoma de páncreas.
Es así como de ser “el Frank Sinatra mexicano”, ganarse el público de naciones y generaciones enteras, así como los premios más importantes en el mundo de la música, la vida de José José estuvo a punto de acabarse en numerosas ocasiones.
Actualmente la música de José José ha sobrevivido al paso de los años, colocándose en la memoria colectiva del mexicano y en los tracklists de diferentes generaciones. A través de tributos y covers, los artistas actuales han regresado sus éxitos más famosos a la radio para el disfrute de los escuchas más jóvenes.
La leyenda de José José aún palpita. El intérprete luchó incansablemente por recuperar su voz y volver a los escenarios, negándose a darse por vencido a pesar de su frágil estado de salud y el paso de los años. Acompañado de un público fiel, interpretó por última vez los éxitos que le granjearon un lugar privilegiado en la memoria y el corazón de México y el mundo.
La extinción de una de las estrellas más sobresalientes de la música mexicana, dejará una especie de vacío y nostalgia en los miles de mexicanos que han sentido y valorado su obra a lo largo de los años, pero el recuerdo de ese registro tan puro y lleno de sentimiento, que ha formado parte del soundtrack de nuestras vidas a lo largo de los años perdurará por siempre.
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