Por: Oswaldo Rojas
Durante la Décima Tertulia Literaria, organizada por el Área de Fomento a la Lectura de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, se presentó el libro infantil El viaje a Mictlán, de Víctor Palacios, en el Museo Panteón de San Fernando.
El libro narra la historia de Chichiton, un perro que decide acompañar a su abuelito a Mictlán, pues considera que ya es tiempo de que descanse en un lugar mejor. Durante esta travesía se van mostrando los 9 niveles que estos dos perros xoloitzcuintles recorren para llegar a su destino final.
En ella se aborda el ritual que los antiguos mexicanos realizaban al morir para emprender su camino rumbo a Mictlán, el sitio de descanso final. Se decidió contar la historia en español, inglés y náhuatl, pues la intención es que el libro sea leído por muchas personas tanto en México como en el extranjero.
“El libro nació de una inquietud personal por rescatar un poco las culturas mesoamericanas. Víctor Palacios, el autor del libro, se acercó a la editorial y nos trajo esta historia que tenía que ver con las culturas mesoamericanas, lo traía traducido al náhuatl”, recordó Josefina Larragoiti.
“En este libro contamos de una manera muy didáctica para los niños, utilizando como personaje principal a Chichiton, que es un xoloitzcuintle color bermejo, porque se pensaba que tenía que ser de ese color el perro que ayuda a pasar a las personas de un nivel a otro del inframundo”, comentó el autor, quien dijo que hacer este texto le sirvió para aprender.
“Para mí fue muy interesante descubrir varias cosas que nos hablan mucho de la ideología y de los antiguos mesoamericanos”, expresó.
Señaló que con su libro también desea quitar el estigma de que Mictlán era el infierno mexicano, pero es al contrario. “Mictlán no es un lugar de castigo, es un lugar de descanso”, afirmó.
Víctor Palacios no sólo escribió la historia, también la ilustró, pues además de escribir hace animación, lo cual ayudó a que el libro pudiera tener un uso más interactivo, pues creó una aplicación del libro para tableta y teléfono celular, con lo cual busca atraer al público infantil hacia la lectura.
“Es importante pensar hacia qué idioma va la traducción, porque hay algunas cosas que no aparecen en las diferentes culturas y entonces cómo se traduce eso. No fue tampoco nada sencillo, tuvo sus bemoles y se hizo en náhuatl porque también debemos considerar que la lengua mayoritaria fue y sigue siendo el náhuatl”, comentó Víctor Linares.
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