Por: Redacción
Una de las personalidades constantes que nutre la Feria Internacional del Libro en el Zócalo es Elena Poniatowska. Por su labor literaria y periodística, así como por sus charlas amenas y llenas de gracia que aportan al sentimiento de un país que pide igualdad, libertad y fraternidad, la escritora se ha ganado un lugar especial en entre el público que asiste a esta fiesta dedicada a las letras.
En su edición XVI, la FIL Zócalo recibió una vez más a la ganadora del Premio Cervantes 2013, a manera de una plática informal para compartir los sucesos que han formado su persona, desde su llegada a México, pasando por su formación periodística hasta su opinión sobre el panorama nacional actual.
Acompañada por “una infantería de lujo”, el escritor mexicano Fabrizio Mejía Madrid y Paco Ignacio Taibo II —que junto con Paloma Sáiz coordinan La Brigada para Leer en Libertad—, Elena Poniatowska interactuó con los asistentes, a los que se refirió como “un mar de amor hermoso y grande”, como diría la poeta Rosario Castellanos.
El público presente fue seducido por la escritora de 84 años de edad en el Foro Bertolt Brecht y sus alrededores, registrando un lleno total. Ahí, la autora de La noche de Tlatelolco dio muestra del conocimiento y sensibilidad que tiene hacia México. “Duele mucho que seamos un país que puede ser extraordinario, y lo es, pero que finalmente es un país que vive en contra de sí mismo”, afirmó.
“Me da tristeza la situación actual. Cuando llegué a los diez años, vi un México de tezontle rojo, de palacios que nos rodean, de gente que se replegaba a la pared, de mujeres descalzas con un rebozo en la cabeza, pero lo que más me impresionó fue la dulzura y la bondad de toda esa gente. Por eso me afecta abrir el periódico, me afectan las noticias, me afecta nuestro presidente; me afecta el narcotráfico, la corrupción”, expresó la autora.
Asimismo, Poniatowska aceptó vivir censura en sus publicaciones cuando comenzó a escribir en el periódico Excélsior, con su entonces director Rodrigo de Llano: “Sí había censura, porque al mes de hacer entrevistas y crónicas me llegó una carta llena de insultos (…), qué bueno que llegaron tan pronto porque así me acostumbré”, narró.
Entre los escritores que le aportaron en su andar periodístico, recordó a Carlos Monsiváis y sus libretas de caligrafía; a Gabriel García Márquez y su negación a usar grabadora en entrevistas, recomendación que ella misma olvidó al usar esta herramienta en una de sus entrevistas hechas a Carlos Fuentes, provocando que éste le recriminara haber perdido el hilo de la conversación.
Elena Poniatowska consideró que la tarea moral de los escritores, produzcan novelas o reportajes, es documentar lo que pasa en nuestro país, donde la realidad es tremenda y obliga a salir de casa, quitarnos la indiferencia y hablar de ello. “En México no hay indiferencia, hervimos de interés del uno por el otro. Lo que escribimos debe reflejar ese interés”, sostuvo.
Por último, Elena Poniatowska planteó que resulta “muy difícil no hacer un periodismo de denuncia y una literatura en cierta manera en complicidad con el que no tiene absolutamente nada. Creo que es la tarea. Ni siquiera es una tarea, es lo que nos hemos impuesto; ni siquiera lo que nos hemos impuesto, es lo que nos sale de adentro, como una paloma azul pero de a deveras”.
Paco Ignacio Taibo II, presente en la FIL durante toda la jornada hasta su final el domingo 23 de octubre, destacó que el encuentro es una demostración de libertad para leer y expresar diversidad de opiniones. “Es el Zócalo de los libros; no de los granaderos. Esa victoria la estamos celebrando hoy”, señaló.
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