Por: Redacción
“Añoro un simple vaso de agua, poder bañarme cada mañana y lavar mi rostro en una cascada; también los días de despilfarro y abundancia”, dice Marchita, una flor que sobrevive a los más de 60 grados centígrados que azotan la Tierra en su última sequía.
La primera parte de Los remedios de la sed, escrita y dirigida por Ginés Cruz, narra el desenlace de las vicisitudes padecidas por los últimos ocho sobrevivientes de la guerra mundial por el vital líquido.
Año 2119: el cataclismo de la Tierra llegó y Mareiji Marimura busca vengar a su madre y hermano muertos a causa de una bomba lanzada por su santidad, Martingala Segundo, un personaje aborrecido en el mundo entero por ser dueño y gestor del poco suministro de agua libre de contaminación y último poseedor de alimentos en el orbe.
La historia de Cruz, egresado del Centro Universitario de Teatro, se centra en la última conflagración por el recurso disputado entre la dupla del pontífice y un fiel discípulo, contra un par de científicos, una periodista de Miami, un matrimonio de Medio Oriente y una joven oriental.
Con escasos mililitros para sobrevivir, Marasmo Marcial un ser de ciencia rodeado de todo tipo de artefactos de laboratorio y su hermano y ayudante Maraña, han descubierto la forma de obtener el agua de los cuerpos humanos inertes. En ellos viven cuando avizoran lo que parece una nube de lluvia, misma que no han visto caer en las últimas décadas.
La expedición a bordo de la nave espacial Salamandra, con sus dos tripulantes Martagón Martópulos y Marceña Mardeau, lleva más de 20 años flotando por el universo en búsqueda del vital líquido, su última parada en el planeta Olimpus Boss demuestra que ni en ese ni en ningún otro mundo hay esperanza.
Una periodista corrobora que su Santidad Martingala Segundo es el único ser que además posee pan, cerveza, pescado fresco, manzanas, uvas y demás “rarezas” a las que ni siquiera su criado cubano Marengo tiene acceso, “el agua es de Dios, guerra al que la venda, guerra al que la compra”, suele decir el fiel sirviente.
El Foro Casa de la Paz de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) abrió sus puertas a esta lectura dramatizada de la compañía Cardumen Teatro, representada el pasado 14 de junio porRicardo White, Guadalupe Damián, Gabriela Betancourt, Jessica Gocha, Patricia Yáñez, Zabdi Blanco, Gerardo del Razo, Esteban Caicedo y Omar B. Betancourt, con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y la Secretaría de Cultura.
En entrevista Ginés Cruz explicó que La historia de los últimos es parte de la trilogía Los remedios de la sed, que empezó a escribir hace 15 años. La historia de Maremoto Márquez Marielevich y La historia de las siguientes, segunda y tercera partes, respectivamente, dan cuenta de su preocupación por las actividades humanas que rompen el equilibrio ambiental y deterioran la vida del planeta.
Y reflexionó: “el agua que venden Coca Cola, Pepsi, Danone o Nestlé permite dimensionar el control y venta que tienen estas transnacionales sobre el vital líquido en el mundo”, sin reconocer que éste es un bien común para la humanidad.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente sostiene que para 2032 la mitad de la población mundial sufrirá por falta de agua, la región más crítica será el oeste de Asia y la península Arábiga, aunque en América Latina el problema será también enorme, la deforestación, el mal uso y la contaminación del vital líquido, dejará sentir sus efectos sobre recursos materiales básicos, dijo Marchita citando al periódico La Jornada como contexto para iniciar la obra.
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