Por: Omar Paredes/
Separar la intimidad de un autor de su obra literaria es, a menudo, complicado. En el caso de una escritora como Rosario Castellanos es imposible. Los Adioses (Zamora Films, 2017), película dirigida por Natalia Beristáin y con un guión escrito por Maria Renée Prudencio y Javier Peñalosa —inspirado en fragmentos de la vida de la poeta chiapaneca—, reafirma el enunciado y recrea la pasiones, contradicciones y palabras de esta mujer tan fascinante en las letras mexicanas.
Natalia Beristáin (No quiero dormir sola, 2013), sin tener un personaje aún, deseaba contar una historia sobre el feminismo, la feminidad y la vida en pareja, sobre las relaciones entre la vida privada y la vida pública; una historia que respondiera a si ser mujer está determinado por la historia y la cultura. Entonces descubrió el epistolario de Rosario Castellanos, Cartas a Ricardo, y enseguida reconoció en la escritora al personaje que ahondaría en dichas cuestiones relacionadas con la costrucción de la identidad femenina en determinado contexto del México contemporáneo.
“Cuando encuentro a Rosario Castellanos desde las cartas que le escribió a Ricardo Guerra y bajo esta idea de las contradicciones que habitan en estos grandes personajes, es cuando me doy cuenta qué es lo que quiero contar. No se trata de un documental ni una biopic. Es imposible tocar la vida completa de una persona en una película, por eso creo que era importante dar pinceladas y matices para que el espectador pueda formarse una imagen propia de la escritora, por eso es que a Rosario y a Ricardo se les muestra en dos etapas: la formativa y la adulta”, explica Beristáin.
Vivir en la piel de Rosario Castellanos
Karina Gidi, conocida por su trabajo en teatro, cine y televisión y merecedora del premio Mayaheul a la Mejor Actuación Femenina, que otorga el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, por la película Demasiado amor (2002), es quien interpreta a Castellanos en su fase madura. La actriz detalla que encarnar a un personaje como Rosario fue una experiencia reveladora, pues por un lado, dice, se identifica con las cosas que a pesar de los años siguen ocurriendo, por ejemplo, cuestiones que no estaban en discusión como las mujeres en la cocina o la decisión de la maternidad; por el otro lado, menciona, que la construcción de su personaje exigió un acercamiento a su amplia obra.
“Fue muy interesante darme cuenta de las creencias que todavia tenemos incrustadas en nuestra manera de pensar. Era una mujer que no paraba de escribir y con gran capacidad de verter en el papel su pensamiendo de una forma poderosa. Corría mucha tinta cuando ella estaba inflamada de emoción. Su obra es muy vasta, eso facilitó mucho el trabajo. Es una historia de amor muy temperamental, pero también despierta la curiosidad por descubrir a Rosario en sus novelas, poesía y ensayos”, explica.
Ricardo Guerra, quien estuvo casado con Rosario durante 13 años y fuera su compañero en el grupo literario “Generación del 50”, es un personaje poco documentado, es por eso que fue creado desde las necesidades del personaje que interpreta Karina Gidi y recreado mediante las anécdotas y la voz que Rosario dejó en su epistolario.
El actor Daniel Giménez Cacho es quien da vida a Ricardo Guerra en su etapa madura, mientras que Pedro de Tavira lo interpreta en su fase como joven académico.
“Mi labor fue mostrar qué características tiene su carácter, cómo se presenta Ricardo en una etapa temprana y termina por formar al hombre que interpreta Daniel. Fue complicado porque se sigue tratando del mismo personaje hecho por dos actores distintos. Además la intención no fue ser el verdaero Ricardo Guerra ya que eso es imposible y un tanto injusto porque uno percibe a un personaje de manera muy personal, entonces es por eso que lo construimos desde la pluma de Castellanos. Es un Ricardo pasional, forma parte de la facultad y quiere cambiar al mundo, está en esa brecha”, explica De Tavira.
El maestro Daniel Giménez Cacho reconoce que para construir a un personaje como Guerra tuvo que echar mano de la experiencia, así como de la búsqueda de personas cercanas a él. “Platiqué con gente que lo conoció, incluso con una mujer que fue su amante. Todos los testimonios fueron distintos pero siempre tuvimos claro que el Ricardo que necesitábamos era el que necesitaba Rosario en la historia. Si bien es una película que toma partes de su vida de, por otro lado sigue siendo una película sobre los conflictos de pareja. Ricardo no es el macho autoritario ni golpeador, es un hombre marcado por los usos y costumbres del machismo de la época. No necesitábamos tener un monstruo”, comenta.
Una pluma que confronta
Encontrar a Rosario en sus letras es toparse con una escritora crítica y honesta y, también, con un ser contradictorio que llevó sus inquietudes hacia una reflexión profunda y visionaria. Sus textos exigen cuidado de la interpretación, pues desnuda la palabra de tal manera que, leerla, puede causar placer o incomodidad ante sus líneas cargadas de verdad.
Natalia Beristáin y el reparto coinciden en que para construir la trama de Los Adioses fue necesaria, naturalmente, la lectura de toda su obra que, al mismo tiempo de ofrecer datos vitales, los confrontó. “Es una escritora que inevitablemente te obliga a cuestionarte por su tremenda honestidad para hablar de sí misma. No tiene pudor en reconocer lo que siente, ya sea lo negro, lo blanco o lo gris. En ese sentido, cuando la lees te hace preguntarte si somos igual de sinceros con nosotros mismos. Si alguien no la conoce a fondo, esta película puede ser un buen acercamiento. Es importante que las mujeres jòvenes la conozcan y tengan un referente trascendente y mexicano. Qué hizo esta mujer en medio de su época”, dice Giménez Cacho.
Asimismo, Pedro de Tavira señala que Los Adioses es una oportunidad para mirar la obra de Castellanos y valorarla de la misma forma en que se reconoce a otros escritores. “Me emociona que esta película pueda quitar el polvo a sus libros y que se descubra la pertinencia de su palabra. Tristemente creo que va más allá del género. Si no mencionamos a Rosario es por la misma causa que no mencionamos a Ibargüengoitia u otros que, como no ganaron un Nobel o no son multipremiados, no pueden representar la cima de una literatura mexicana de gran valor. Eso, cómo recuperarla y encontrar en ella una visión de una palabra pertinente sobre los dilemas que rodean los problemas de género y raza”.
Un filme para grandes públicos
Tras ganar el premio a Mejor Largometraje de Ficción Mexicano en la 15 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia y hacer merecer a Karina Gidi el Ariel en la categoría de Mejor Actriz en la más reciente edición de estos premios, Los Adioses llegará a la salas de cine comercial el próximo 24 de agosto.
Ante esto, Karina Gidi afirma que la expectativa es grande. “Estoy nerviosa pero muy orgullosa. Sí creo que la película puede percibirse en varios niveles: si la gente va para ver la historia de una pareja, un tanto amorosa y pasional, la puede disfrutar. Si la sensibilidad permite entrada a los versos de Rosario Castellanos, entonces se puede ir a otra parte. Está hecha para un gran público”.
Por su parte, Natalia Beristáin explica que con Los Adioses pretende abrir cuestionamientos muy actuales. “Es una película que tiene como personaje a una mujer que habla de la palabra y de la poesía, y que el público la esté premiando habla de que hay gente que está interesada en la vida y obra de Castellanos. Mi intención no es dar un mensaje, sino abrir preguntas. Dejar un mensaje es unilateral, así que pretendo, y pretendí, que quien vea la película se pregunte sobre sí mismo y sus conductas, porque a mí eso me pasó con Rosario: reconocer las distintas formas de relacionarse en distintos ámbitos como mujer”, finaliza.
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