Por: Mugs Redacción
En el ensayo general del ballet El lago de los cisnes, la Compañía Nacional de Danza (CND) –en voz de la maestra Tihui Gutiérrez– se reportó lista para cumplir ante el público su temporada número 40.
“Bailarines y bailarinas están ‘filosos’ y tienen muchas ganas de bailar. Llegar a la temporada número 40 de este ballet es sumamente alentador, algo muy relevante y habla por sí sola de la solidez y la calidad que la compañía ha alcanzado en todos estos años”, expresó la maestra de baile, quien recordó: “yo llevo ya 37 años de trabajar en esta que es la mejor compañía de danza clásica y contemporánea de México”.
En el ensayo general celebrado este miércoles 24 de febrero por la noche en el escenario natural de sus éxitos, la isleta del lago menor del Bosque de Chapultepec, se dio la tercera llamada y al tiempo que comenzó a escucharse la música de Piotr Ilich Chaikovski se puso en marcha una intrincada maquinaria que requiere la puesta en escena del ballet El lago de los cisnes.
Aquí participan cerca de cien bailarines en escena, más de 30 técnicos, una deslumbrante escenografía y vestuario renovados recientemente, proyecciones multimedia en una pantalla de agua, una docena de caballos, luces y efectos pirotécnicos que hacen de este un montaje único en el mundo.
Además de todo ello –expresó Tihui Gutiérrez— se trata de una de las joyas del repertorio clásico del ballet, cuya ejecución es tremendamente difícil y complicada. Cualquier falla o defecto se evidencia de manera inmediata.
En el plano interpretativo, agregó, requiere mucho el uso de la imaginación, de la creatividad, para desempeñar bien cada personaje. Odette es el contrario de Odile. Odette es un personaje lírico con una sensualidad sutil, de una belleza refinada, muy femenina, mientras que Odile es una belleza seductora, con ciertos rasgos de maldad. Reflejar esos dos polos a través de la danza es muy divertido pero también complicado. Aquí se logra a la perfección.
Consideró que estos papeles para bailarina son un parteaguas, el epítome de la danza clásica, como lo es el ballet Giselle para los ballets románticos, y agregó que cada función de la temporada tendrá un elenco distinto, puesto que cada función será distinta, irrepetible: “El ballet clásico solo se inyecta de sangre y de vida con la interpretación de personas que cada vez le imprimen una emocionalidad distinta”.
La CND del Instituto Nacional de Bellas Artes está muy emocionada por el 40 aniversario de El lago de los cisnes. “Es una temporada que atesoramos especialmente, y un reto técnico de superarnos cada año. Además, creo que ganamos público en cada ocasión, porque viene la gente que no se anima a ir al Palacio de Bellas Artes o al Auditorio Nacional”.
El lago de los cisnes se presenta en su temporada 40 del 25 de febrero al 20 de marzo, de miércoles a domingo, a las 20:00. La coreografía es original de Lev Ivanov y Marius Petipa, música de Chaikovski y vestuario de Mireya Rodríguez, en una producción de Enrique Tovar a partir de los conceptos originales de producción y escenografía de Laura Rode y David Lombrozo.
Participan también integrantes de la Compañía Nacional de Danza Folklórica de Nieves Paniagua y de la Academia de la Danza Mexicana que dirige la maestra Lidya Romero.
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