- El trabajo llevó varios años, desde sus primeras experiencias como estudiante de Medicina en diversos hospitales, en los que tuvo su génesis la idea de querer plasmar todos estos acontecimientos.
Por: Redacción/
Orlando Mondragón Benítez, egresado de la Licenciatura en Medicina de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ganó el XXXIV Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe, el más importante que se otorga en idioma español fuera del ámbito institucional, por su obra Cuadernos de patología humana, que será publicado por la editorial madrileña Visor.
“Estoy muy emocionado, sigo sorprendido, temblando de que este galardón se lo hayan concedido a este libro que he venido trabajando desde hace mucho tiempo, pues es uno de los galardones cuyos ganadores he seguido muy de cerca y es un privilegio y un honor estar entre ellos”, expresó el condecorado más joven en la historia del certamen.
En entrevista, comentó que su obra es exclusivamente de tema médico, “donde si bien buscaba decantar todas las experiencias vividas en el hospital en torno a la muerte, posteriormente se fue transformando hasta convertirse en un libro polifónico con otros hilos conductores como la enfermedad, el cuerpo enfermo y las emociones que se generan que no siempre son positivas para un médico”.
El trabajo llevó varios años, desde sus primeras experiencias como estudiante de Medicina en diversos hospitales, en los que tuvo su génesis la idea de querer plasmar todos estos acontecimientos, aunque no lo llevara a cabo en ese momento.
“Más tarde en el internado surgió esta inquietud y como que se fue formando el libro dentro de mi cabeza, pero fue hasta 2018, cuando obtuve la beca del programa de Estímulos de Creación Literaria del estado de Guerrero, que me senté a escribirlo, aunque tuvo varios procesos de transformación”.
En una primera instancia era un texto que se planeaba para cierta extensión, muy rígido en el tema, pero se fue transformando. “La propia escritura me fue exigiendo abrirme hacia otros asuntos y lo seguí trabajando cuando obtuve la beca de la Fundación para las Letras mexicanas en 2019. Por tanto, es un libro que tuvo varios años de formación, de escritura y de reescritura, sobre todo”.
Mondragón Benítez recordó que fue informado sobre la decisión del jurado apenas un día antes de se hiciera público, refiriendo que recibirá un premio consistente en 25 mil euros, así como la edición de su obra.
Para el egresado de la Casa abierta al tiempo que actualmente realiza la residencia en psiquiatría, la medicina y la escritura son profesiones complementarias, puesto que “leer o acercarse a la lectura proporciona cierta amplitud de mira y permite aproximarse al paciente con mayor empatía y no sólo a través del ojo clínico, lo cual es muy valioso”.
Esa fue una de las razones principales, además del “amor que le tengo a la palabra, por las que me decidí por una profesión como la psiquiatría, pues es a través de la palabra que los especialistas llegamos a establecer un diagnóstico, ya que no tenemos muchos marcadores o herramientas para hacerlo y recurrimos a la conversación para entender el contexto de una persona y su historia personal”.
Por tanto, su inquietud de escribir va de la mano de la expectación expresada en la medicina, de tratar de comprender y estar a cargo de un cuerpo enfermo y también de poder desvelar y observar esos misterios que resultan fascinantes.
“La medicina y la literatura siempre han estado de la mano, se han compaginado muy bien desde La Iliada, que fueron los primeros poemas que se escribieron y de los que se tienen registro de una serie de cuestiones médicas y una relación de heridas de guerra y de cómo tratarlas”.
El poeta de 28 años recordó que con su opera prima Epicedio del padre ganó el premio de Poesía Alejandro Aura en 2017. Este trabajo nació de una inquietud diferente para explorar la complejidad de la relación de un padre y un hijo que asume su homosexualidad. “No es propiamente un libro médico o sobre la enfermedad sino sobre esa relación que puede estar llena de obstáculos, de amarguras, pero también de esperanza en el amor que esta relación genera”.
Originario de Ciudad Altamirano, vivió su niñez en Zirándaro de los Chávez, en el estado de Guerrero, región con una larga tradición musical desde la época colonial, en donde siempre tuvo la motivación de sus padres para conocer la poesía y la declamación.
“En ese entonces era un niño y no entendía muy bien lo que significaban esas palabras que estaban en verso y tenían cierta musicalidad, cierto ritmo y cuando decía una poesía los adultos me volteaban a ver, me ponían atención y hasta llegaba a conmoverlos. El ser escuchado a esa edad representó una sensación muy poderosa”.
En la adolescencia “comencé a hacer mis propias creaciones, sobre todo aquello que me estaba pasando, alimentado por los libros que tenía en casa, como una antología sobre los mejores poemas del mundo, una colección riquísima de Editores Unidos”.
La presentación de Cuaderno de patología humana, que integra la colección Visor de Poesía, tendrá lugar en marzo de 2022 en la Casa de América, en Madrid, España.
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