Por: Redacción/
La ópera me robo el alma. No elegí a la ópera, la ópera me eligió a mí; no tuve otra opción, dijo la soprano estadounidense Nadine Sierra, quien rechazó estudiar otros géneros musicales o realizar otras actividades artísticas, por continuar con su vocación.
Nadine Sierra, considerada una de las figuras más importantes de la escena operística mundial regresa a México como parte del elenco estelar de la edición XLVI del Festival Internacional Cervantino para presentarse el 19 de octubre próximo, en el Teatro Juárez de la capital de Guanajuato.
En conferencia de prensa vía Skype desde la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, organizada por el Festival Internacional Cervantino en la sede de la Secretaría de Cultura este jueves 20 de septiembre, la soprano comentó que desde niña inició sus clases de canto bajo la dirección de su madre, quien descubrió su talento y cualidades vocales.
Desde entonces, su formación educativa musical ha sido continua y apasionada todos los días. Consideró que la ópera, si bien no es para todos, debe exponerse a todo tipo de públicos, a sectores más amplios de la población para atraer a las nuevas generaciones, como sucede con los programas que se realizan en diversos país para que cada quien decida si es de su agrado o no.
Si bien la ópera ha estado en posibilidad de desaparecer, reflexionó, se mantiene vigente desde hace varios siglos. Regresar a nuestro país luego de su exitosa presentación en mayo pasado, en la Sala Nezahualcóyotl, con motivo del concierto conmemorativo por los 40 años de la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM), recordó que “mi primera experiencia de cantar en México fue maravillosa”.
Por ello, dijo, “ahora estoy feliz de tener la oportunidad de actuar en el Festival Internacional Cervantino, y de cantar para los mexicanos otra vez. Estoy muy emocionada de regresar”.
Calificó su actuación en el FIC como “una gran oportunidad. Es mi debut en el festival cantando acompañada por un pianista del cual he recibido excelentes comentarios. Me gusta trabajar con el piano porque es algo muy íntimo, a diferencia con la orquesta que es más grande”.
La ópera, además de ser una pasión vital, representa la oportunidad de hacer realidad los sueños de su abuela, a quien no le permitieron ser cantante de ópera por diversas situaciones, pese a tener condiciones.
Por su ascendencia latina, heredada de un padre de origen puertorriqueño y madre portuguesa, comentó que en sus conciertos incluye música brasileña y española en su repertorio.
“Porque el público de ópera que va a los conciertos, normalmente, no escucha este tipo de repertorio. Es para contribuir con parte de mi herencia latina”, refirió Nadine Sierra.
El repertorio elegido para la XLVI edición del Festival Internacional Cervantino es diferente al presentado con la OSM, ya que se caracterizará por ser más íntimo debido al acompañamiento con piano, ya que el otro fueron grandes arias con orquesta.
Por ello espera que se más exitosa su próxima presentación en Guanajuato “porque el público va a estar más cerca. Además de que he trabajado con el pianista Ángel Rodríguez para expresar más colores y aspectos de la música”.
La cantante expuso que le interesaría trabajar con más artistas mexicanos como fue con el tenor Javier Camarena, con quien cantó en el Carnegie Hall y al que calificó de tierno, amable y humilde, que rompe con el estereotipo de los tenores que son un “poco divos”.
Indicó que los artistas mexicanos que conoce son muy talentosos y con una excelente actitud de colaboración. Luego de su presentación en nuestro país señaló que lo único negativo sobre México es lo que ha escucha de Donald Trump, porque el país le gustó. La soprano inició a los seis años de edad sus clases de canto; a los 14 realizó su presentación profesional con el grupo Ópera de Palm Beach.
Su trayectoria de éxitos ha sido ascendente con presentaciones memorables en La Scala de Milan, el Park Avenue Armory, Lirico di Cagliari, Teatro di San Carlo, El Massimo, en Italia, el Palacio de las Artes Reina Sofía, en España, como las salas más importantes de París, Berlín, Estados Unidos e Israel, entre otros escenarios.
Como una de las cantantes jóvenes y prometedoras de la ópera ha recibido múltiples reconocimientos como los premios Beverly Sills, Richard Tucker.
Para su recital en el Teatro Juárez ofrecerá un nutrido repertorio que abarcará tanto arias tradicionales como piezas menos ortodoxas de creadores latinoamericanos. Interpretará Je veux vivre, perteneciente a la ópera de Romeo et Juliette del francés Charles Gounod; Caro nome, de Rigoletto, escrita por Giuseppe Verdi; Regnava nel silenzio… Quando rapito in estasi de la obra Lucia di Lammermoor, del italiano Gaetano Donizetti; la overtura de L’italiana in Algeri, de Gioachino Rossini con arreglos de Ángel Rodríguez; Depuis le jour, que forma parte de Louise, compuesta por Gustave Charpentier; Deh vieni, non tardar de Le nozze di Figaro, de W. A. Mozart; para terminar, Melodía sentimental, del brasileño Heitor Villa-Lobos, y Me llaman la primorosa, de Gerónimo Giménez.
Eligió este repertorio porque son melodías que han sido parte de su ascendente carrera, incluidas en la lista de las que más le agradan y de sus éxitos. Las piezas serán interpretadas “no porque sea cómodas” para ella, sino porque muestran, a través de la música, quién es ella.
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