Por: Redacción
Como un viaje a través del poder de la música fue el recital que la noche de este sábado ofreció la mezzosoprano estadounidense Joyce DiDonato en el Palacio de Bellas Artes, el cual fue ovacionado de pie por los asistentes.
“Hola México, estoy muy contenta, muy feliz de estar aquí, la segunda vez, no hablo mucho español, yo lo intento con mi corazón”, señaló la cantante estadounidense, que desde que apareció en el escenario, ataviada con un vestido verde y visiblemente emocionada, fue recibida por sendos aplausos y gritos de ¡bravo!
El concierto de DiDonato que ha sido proclamada por The New York Times como la cantante con la voz más poderosa de su generación, presentó un repertorio por temas de España, Oriente, Babilonia e Italia, interpretados de manera magistral, con lo que cautivó al público.
Para iniciar, la mezzosoprano acompañada al piano por Craig Terry hizo gala de su potente voz con De España vengo, pieza incluida en El niño judío de Pablo Luna, con la cual conmovió a los asistentes gracias a su bella tesitura.
De Oriente, la cantante interpretó con gran dramatismo Shéhérazade de Maurice Ravel y después, el viaje continuó a Babilonia con la pieza Bel raggio lusinghier (Bello rayo lisonjero), incluido en Semiramide de Gioachino Rossini.
Tras el intermedio, en que DiDonato aprovechó para cambiar de atuendo, reapareció en el escenario ataviada en un vestido rosa con destellos brillantes y en una mancuerna perfecta con Craig Terry, dio vida con gran emotividad a La maja dolorosa núm. 1, 2 y 3 de Tonadillas del español Enrique Granados.
Después, tocó el turno a Georg Friedrich Händel, de quien la mezzosoprano interpretó con gran sentimiento Lascia ch’io pianga (Deja que llore) incluida en la ópera Rinaldo, hermosa melodía en que su voz brilló con luz propia con un sutil acompañamiento del piano de Terry y que fue ampliamente ovacionada por el público.
Para finalizar, DiDonato hizo una selección de arias italianas como Caro mio ben (Mi bien amado) de Giuseppe Giordani, Se tu m’ami (Si tú me amas) de Giovanni Pergolesi, Star vicino (Estar cercano) de autor anónimo y de La dama del lago, Tanti Affetti (Tanto afecto) de Gioachino Rossini, las cuales dedicó a los estudiantes de canto presentes en el recinto de mármol y en las que mostró los amplios registros que logra con su voz.
Tras casi dos horas de concierto, el público celebró la magistral interpretación de DiDonato y Craig con una ovación de pie, que hizo que ambos regresaran al escenario para el encore, en el que sumaron sus talentos para deleitar a los asistentes con temas modernos, de jazz y swing, así como de toques románticos y la mezzosoprano recordó, tras agradecer la entrega del público, que la música es para todos.
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