Por: Redacción
Con su exposición Accidentes afortunados, el pintor Antonio Sáiz (Ciudad de México, 1962) hace un llamado a la libertad de ver. “No me gusta dirigir a la gente hacia una idea, a mí mismo no me gusta pintar lo que ya sé que voy a hacer, prefiero perderme y encontrar el resultado después, observando qué hice”, explicó el artista en entrevista.
En la galería Salón dès Aztecas se exhibe la muestra compuesta de 30 piezas, 18 óleos de gran formato y 12 acrílicos fosforescentes de mediano y pequeño formato, realizadas por el artista en los últimos 15 años.
En ese tiempo Antonio Saiz ha pintado arte abstracto, dejando a un lado la pintura figurativa. Comentó que siempre he manejado lo abstracto, por lo que se propuso crear y explorar, tratando de encontrar la pintura pura.
“Es pintar sin platicar nada o en todo caso que se platique sola la pintura, que marque las emociones en los que uno andaba pero no hay una narración, figuras reconocibles, esa es la intención, es hacer todo aquello que la gente encuentra luego en los significados reconocibles, conocidos.
“Mi llamado al espectador es que dejemos de explicarnos la pintura y de verbalizar sobre ella, de guardar silencio para poderla ver, escuchar, oler, que se cree esta sinestesia entre los sentidos, mucho más que cualquier título que pudiera tener”.
En ese sentido, agregó que ninguna de las piezas que están en la muestra tienen título, ya que éstos prejuician al que mira y se les dice hacia donde ver. “Generalmente los títulos se quedan cortos respecto a la pintura. Yo pienso que la pintura es otro lenguaje que puede estar separado de las palabras, como la música, así mi llamado a que la gente trate de ver sin explicaciones mi obra”.
Mientras trabajaba sobre sus óleos, en los que se observan una multiplicación de colores, el viudo de la pintora Estrella Carmona le llamó vía telefónica para heredarle parte de los materiales de la creadora, entre ellos unos acrílicos de pinturas fosforescentes
“Podemos decir que de manera accidental llegaron a mis manos estos materiales, los probé y me gustaron los resultados porque la pintura tiene cierta transparencia, belleza y cuerpo que me permitían seguir jugando en la misma tónica de los oleos, es así que en este periodo de experimentación también está el manejo de colores fosforescentes”.
Sobre el por qué su preferencia de pintar en oleo, destacó que además de gustarle, tiene muchas delicadezas y él de manera personal necesitaba consolidarse como pintor.
“Hay pintores que piensan su composición y la plasman, a mí no me gusta pintar lo que ya sé que voy a hacer, más bien ando buscando a ver qué me encuentro en lo que voy pintando. No puedo prejuiciar mucho más que cómo voy a ejecutarlo, pero ando buscando a ver si aparece algo nuevo en mi pintura y a ver si se consolida la pura pintura.
“Mis cuadros siempre han tenido fuerza y trato de no perder ese ímpetu de adolescente, siempre buscando en este espacio de libertad total encontrar sorpresas y novedades, nada más de la pintura”.
Sobre su re inventiva, compartió: “Voy manchándome como niño. Siempre he querido refrescar lo que hago, dejar de hacer lo que hacía y hacer algo diferente. Empiezo a manchar y el cuadro te va diciendo lo que se necesita con los primeros trazos y manchas. Yo pienso más en términos de color, quiero rojo por acá, amarillo por allá y así. “El pintor no debe pintar pensando en el espectador. La pintura abstracta es una zona de libertad, a mí me tiene que dejar contento”, puntualizó.
Sáiz se interesó por la pintura desde niño. Tiene una trayectoria de más de 25 años exponiendo en el circuito artístico mexicano; 11 exposiciones individuales y ha participado en más de 60 colectivas.
Discípulo del maestro Gilberto Aceves Navarro, estudió en La Escuela Nacional de Pintura Escultura y Grabado La Esmeralda. En 1992 ganó el premio de adquisición Arte Joven y ha sido seleccionado para participar en algunos salones de plástica mexicana. Fue seleccionado en la Bienal de Monterrey FEMSA 2001, y ganador de la Beca Jóvenes Creadores 1995-96.
Accidente Afortunados se exhibirá hasta mediados del mes de junio en el Salón dès Aztecas, ubicado en Calle 13, número 58, Colonia San Pedro de los Pinos, en la Ciudad de México.
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