Por: Redacción/

Con Idilio de Sigfrido, de Richard Wagner; Suite Orquestal No. 4, Mozartiana, de Piotr Ilyich Chaikovski, y Sinfonía No. 40, de Wolfgang A. Mozart, la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM) inició la noche del sábado 13 de enero su Temporada 2018 y con ella, un año completo de celebración por su 40 aniversario, tiempo en el que se ha mantenido como una de las agrupaciones musicales más importantes del país y de América Latina.

El primero de más de 60 conciertos que se llevarán a cabo en diversos recintos durante el año tuvo bajo la dirección artística a David Reiland, maestro belga que por primera vez compartió escenario con la orquesta de la Secretaría de Cultura de la CDMX, en su recién renovada sede: la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli.

Acompañaron el encuentro entre la Filarmónica y un público que abarrotó el lugar para deleitarse con la excelencia interpretativa de obras clásicas, el titular de la Embajada de Bélgica en México, Antoine Evrard (instancia diplomática que apoyó el evento); el Secretario de Cultura local, Eduardo Vázquez Martín, e integrantes del Círculo de Amigos de la OFCM como el presidente honorario Mario Lavista.

Asimismo, acudieron personalidades del ámbito musical como el compositor, musicólogo y director coral Aurelio Tello, del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos Chávez” (Cenidim), y la soprano Alicia Cascante Lara, profesora del Conservatorio Nacional de Música, ambas instituciones del INBA.

David Reiland es un compositor establecido y saxofonista originario de Bélgica que desde 2014 trabaja como consultor artístico y director huésped principal en la renombrada Ópera de Saint-Étienne, en Francia. Entre su gran preparación musical destaca la asesoría que recibió de Dennis Russel Davies y Jorge Rotter para dirigir sinfonías integrales de Leonard Bernstein y un ciclo de tres años de las Sinfonías de Mozart con la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo.

Precisamente de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) dirigió la Sinfonía núm. 40 en sol menor (K.550), pieza que en las últimas décadas ha alcanzado gran popularidad, sobre todo el primer movimiento Molto allegro. De las 41 sinfonías que compuso el austriaco, la que pudo escucharse en el cierre del concierto en la Sala Silvestre Revueltas forma parte de las tres últimas obras maestras del género que, según el crítico musical Juan Arturo Brennan en las notas al programa, no fueron hechas por encargos o compromisos, sino por el puro placer de escribir música, antes de su muerte.

Al inicio de la presentación los músicos de la OFCM tocaron Idilio de Sigfrido, del alemán Richard Wagner (1813-1883). La pieza —escrita para maderas, corno, trompeta y cuerdas— no tiene que ver con la ópera Sigfrido, dice Brennan, pues “nada hay en ella que remita a la música lujosa, poderosa, apasionada y sensual de sus óperas”; al contrario, tiene una carga de serenidad y paz.

También sonó la pulcritud y la elegancia de la Suite no.4 en sol mayor Op.61, Mozartiana, del compositor ruso Ilych Chaikovski (1840-1893) que ha inspirado a diversos coreógrafos para convertirla en ballet. Opina Brennan que la versión más notable fue la del maestro George Balanchine, en el American Ballet Theatre, en Nueva York.

La Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México se presenta los sábados a las 18:00 y los domingos a las 12:30 horas en la Sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, ubicado en Periférico Sur 5141, colonia Isidro Fabela, delegación Álvaro Obregón. La Admisión general es de 141 pesos con 50 por ciento de descuento a estudiantes, maestros e INAPAM, con credencial vigente.

En los conciertos del 20 y 21 de enero, la OFCM tendrá como director invitado a Carlos Spierer, quien fue galardonado en 2015 con la Luna del Auditorio. Se presenta por primera vez con la OFCM interpretando un programa integrado por la Sinfonía núm. 97, de Franz Joseph Haydn; Ventanas, de Silvestre Revueltas, y la Sinfonía núm. 3, de Robert Schumann.