Por: Redacción
Dirigida por Juan Trigos, compositor de la Sinfonía No. 4 Nezahualcóyotl Icuicahuan (Cantos de Nezahualcóyotl), la Orquesta Escuela Carlos Chávez (OECCh) estrenó esta obra inspirada en los versos del rey texcocano, acompañado de la soprano Daniela D´Ingiullo, en el marco de la XXXVIII edición del Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez, en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Reconocido como uno de los festivales de mayor tradición en nuestro país para difundir la música contemporánea, el concierto fue el segundo de las 38 presentaciones que integran el programa 2016, el cual está integrado por 173 obras de 130 autores de 24 países, incluidos 30 estrenos en México.
La Sinfonía No. 4 Nezahualcóyotl Icuicahuan fue estrenada hace apenas unos meses con la Orquesta Sinfónica de Oaxaca y la participación tanto del director Juan Trigos como de la soprano D´Ingiullo, de hecho ella ha sido la única intérprete de las dos versiones existentes de esta obra a la fecha (versión para canto y piano; y versión orquesta-canto).
Cantos de Nezahualcóyotl está dividida en tres movimientos, el primero totalmente instrumental y en los dos últimos se integra la voz soprano a la partitura para interpretar dos de los 30 poemas hasta hoy conocidos del también llamado Rey-poeta.
“La profundidad del texto es enorme. No conocía a Nezahualcóyotl porque soy italiana, sin embargo, son textos que te hacen reflexionar. Para un cantante, el decir: escucho un canto, contemplo una flor, te remite a todo el sentido de la vida… uno nace, vive su vida y comparado con la eternidad, es un tiempo muy corto; en tanto, el segundo poema dice que nunca cesará su canto, una idea que para un cantante hace referencia a la voz interior; aunque uno muera, no es el fin, queda la voz como la reflexión”, expresó al término del concierto, Daniuel D´Ingiullo.
En este concierto se celebraron también los 90 años del nacimiento del compositor jalisciense Manuel Enríquez y el centenario del natalicio de Carlos Jiménez Mabarak; así, comenzó con la interpretación de Ritual, de M. Enríquez, obra que fue de las primeras piezas contemporáneas en ser grabadas y cuyo estreno se realizó en Toulouse, Francia (abril, 1973) con la Orquesta de la Radio-Televisión Francesa, con dirección de Luis Herrera de la Fuente.
Como pieza de apertura, esta obra inicia con sonidos por familia de instrumentos orquestales, comenzando con las maderas, los metales y las percusiones, hasta incorporar las cuerdas.
En tanto, Jiménez Mabarak fue recordado con la interpretación de La balada de los quetzales, la cual constituye la cuarta producción del compositor en este género y que, por supuesto, está inspirada en el ave emblemática de Guatemala, país donde fue estrenada en 1956 con la Orquesta Sinfónica del mismo país centroamericano y la batuta de su compositor.
En esta obra, la Orquesta Escuela Carlos Chávez del Sistema Nacional de Fomento Musical de la Secretaría de Cultura, dejó claros los sonidos que asemejan al vuelo, el juego y la danza de estas aves que no nacieron para vivir en cautiverio, y que según su propio compositor, la pieza deja sentir esa necesidad de libertad.
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