Por: Redacción/
Ruinas, construcciones, árboles, esteros, celajes y otros motivos urbanos plasmados en paisajes destacan por el color y el detalle y permiten una mirada a la naturaleza edilicia y al entorno en Arquitectura con vista estenopeica, que también muestra la relación intrínseca entre la práctica visual y el modo de ver.
En la exposición conviven el Palacio de Bellas Artes, la Torre Latinoamericana, un perro, un río, un elefante de circo o un inmueble destruido capturados por Lorena Alcaraz, Lorenzo Armendáriz, Byron Bruchi, Marco Antonio Cruz, Patricia Lagarde, Francisco Mata Rosas, Elsa Medina, Gerardo Suter y Antonio Turok, artistas de la lente que exploran las posibilidades expresivas de la cámara estenopeica, una de las primeras y más sencillas técnicas de la fotografía.
Basada en procesos fotoquímicos y físicos, se manifiesta sin embargo como un género único de carácter rústico que facilita a curiosos y profesionales examinar el mundo desde un estenopo o pequeño agujero –casi siempre de aluminio– que permite el ingreso de luz y forma las imágenes.
En la exhibición –instalada hasta el próximo 29 de junio en la Sala de Exposiciones de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)– los integrantes del Sistema Nacional de Creadores de Arte se aproximan a la disciplina sin artificios, a través de cuadros llanos que encuentran su dimensión creativa en cajas de cartón o madera y otros objetos de uso común.
Las impresiones –elaboradas cuidadosamente a partir de escaneos digitales– se producen en un medio donde la inmaterialidad de ese arte es la manera habitual de consumir iconografías y los autores convierten o transmutan una antigua concepción de crear redes y comunicar.
Mata Rosas, coordinador general de Difusión de la Casa abierta al tiempo, sostiene que ahora –más que nunca– se vuelve necesario repensar los orígenes y reconocer técnicas y procesos para entender que las estéticas de la imagen fotográfica son más que una App o un filtro.
Esto lleva a “reflexionar sobre el hecho de que cada estilo de capturar el mundo lleva consigo –en la forma del metadata– un momento tecnológico preciso, un ambiente cultural, una ideología y desde luego un contexto político-económico”, agregó el fotoperiodista.
El género estenopeico es como un hoyo negro que “nos comunica con distintas épocas y transporta a otras dimensiones espaciotemporales; es además un sendero que intersecta con los orígenes mismos de la civilización y conduce la fotografía del futuro en un viaje a través de la capacidad humana de contar historias”.
La muestra es un periplo “a la velocidad de la luz entendida desde la antifísica, la alquimia, el azar, la armoniosa reunión de procesos de distintas épocas o desde la siempre curiosa mirada de los fotógrafos, que aprovechamos cualquier oportunidad para decir: así lo veo o así lo viajo.
“Vivimos otra vez un momento de reensamble, convergencia y redefiniciones sociales y culturales”, como revela este trabajo, “ya que con cámaras artesanales –producto de otra tecnología– eficaces, seductoras, misteriosas e inquietantes, la inmediatez de la imagen prevalece”, afirmó.
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