Por. Redacción/
La exploración a un mundo de dualidades como el amor y el desamor ayuda a comprender que el equilibrio existe a causa de la oposición de esas fuerzas, plantea la maestra Rosa Esmeralda Espinosa de los Monteros Alatorre (Reedma) en Una década de luminosidad, exposición que ofrece una mirada femenina a esa yuxtaposición de emociones en la que hace también su aparición el erotismo.
Las 36 piezas de dibujo realizadas con la milenaria tinta china obligan al espectador a emprender una profunda reflexión en torno al nuevo rol de la mujer cada vez más visible para el sexo opuesto, por lo que contemplar este encuentro plástico significa emprender un viaje a los pensamientos de ellas, un acercamiento a sus preocupaciones modernas y a testificar el resultado de diez años de experimentación artística.
En la muestra –presentada por la Coordinación de Extensión Universitaria de la Unidad Lerma de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en el Zanbatha-Museo del Valle de la Luna del 28 de julio al 28 de agosto– rostros, manos, ojos, bocas, cuerpos, figuras que seducen por trazos finos, invocan al erotismo y al amor sin cortapisas, a ese acto primigenio en el que el dolor desgarra sin compasión; líneas que la creadora circunscribe a un mundo femenino, que contiene y ordena formas creativas reveladoras.
En los autorretratos que se incluyen la pintora evoca las miradas furtivas, tristes, reflexivas, resignadas, dolorosas, provocativas, placenteras en dibujos sublimes, contundentes y desgarradores plasmados en lienzos que permiten descubrir sus emociones.
Reedma, quien fue reconocida como la primera latinoamericana en formar parte del Acervo de Arte en la Biblioteca de Alejandría, Egipto, expone en sus imágenes que la muerte la persigue y la inspira, y aunque su trabajo no es tormentoso sí deja en éste parte de su locura desbordada por las pasiones “que hacen estremecer las paredes de un nuevo espacio que espera recibir la visita de valientes almas a las cuales invita a seguir adelante sin concesiones, con la firme intención de dejar ese mensaje tatuado en la mente”, afirma en la hoja de sala el artista Miguel Ángel Aguilar Ramírez.
Al presentar por primera vez esta exposición en 2010, la creadora puntualizó que “en cada línea hay una emoción y en las formas poco definidas, un tanto confusas de cada cuadro, hay un motivo para que el espectador busque entre las líneas y descubra una gama de sentimientos que se hallan escondidos entre cada trazo y que constituyen parte intrínseca de él”.
La exposición fue inaugurada por David Rodríguez Zavala, coordinador de Extensión Universitaria de esa sede universitaria, y por el licenciado Edgar Gutiérrez Tapia, director de Desarrollo Urbano de municipio mexiquense, quien externó que Una década de luminosidad intenta también ser un llamado de atención a las autoridades para detener la violencia contra las mujeres e impulsar acciones que alienten la equidad de género.
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