Por: Redacción/
María Vázquez Valdez, directora de Bibliotecas y Archivo de la Cámara de Diputados, afirmó que la cultura a través de la exhibición de películas permite abrir umbrales hacia la reflexión y cambios de paradigmas, con el propósito de lograr conciencia en mujeres y hombres para alcanzar la igualdad.
El Palacio Legislativo de San Lázaro en la LXIV Legislatura de la Paridad de Género, concluyó el ciclo: “Mujeres, sociedad y política en el Siglo XXI”, con la proyección de Las buenas hierbas, realizada en 2010 y galardonada en México, Roma, América Latina y Japón. Se plasman historias reales de mujeres contemporáneas que enfrentan retos, cambios, toman decisiones y entrelazan la muerte con la vida detonadas por la enfermedad de Alzheimer y la eutanasia.
Vázquez Valdez resaltó la importancia de proyectar películas: “la idea es abrir espacios para analizar y profundizar en la necesidad de que mujeres y hombres reflexionen en torno al tejido social”, para superar los problemas que aquejan en muchos sentidos a los ciudadanos, a fin de reconstruirlo, se eviten hechos dolorosos y se atiendan de forma urgente como los feminicidios y otros fenómenos vinculados con la falta de igualdad.
La Dirección General de Servicios de Documentación, Información y Análisis (SEDIA), mediante la Cineteca San Lázaro, subrayó, impulsa y consolida una de las propuestas fundamentales de esta legislatura hacia la paridad de género, en particular la función que desempeña la mujer en distintos ámbitos en nuestra sociedad, no sólo finisecular sino ya entrados en el siglo XXI.
Las buenas hierbas, apuntó, es una obra representativa con una visión femenina que muestra situaciones vigentes y urgentes de atender, sobre todo en este momento histórico en el que es necesario recapacitar respecto a las problemáticas sociales en torno a la mujer.
Refirió la relevancia de María Novaro, integrante de una pléyade de egresadas del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM, precursoras del cine de mujeres que muestran la realidad de las mismas con una óptica diferente a la de los varones.
Las buenas hierbas, escrita, dirigida y montada por Novaro regala al espectador el despertar de emociones y el reencuentro de la esperanza. Es la historia sobre la química del cerebro, la química de las plantas y del sentir humano.
Relata la vida de tres mujeres: Dalia (hija); Lala (madre) y Blanquita (amiga), tres generaciones que confluyen en el amor de madre e hija y la amistad, donde el padecimiento del Alzheimer de Lala, científica etnobotánica, les cambia la vida.
La cinta inspirada en hechos reales y en el Jardín Botánico de la UNAM, entrelaza el bagaje del Códice De la Cruz-Badiano, primer tratado que describe las propiedades curativas de las plantas americanas empleadas por los mexicas. Compilación del médico indígena Martín de la Cruz, originario de Santiago Tlatelolco, traducido al latín por el xochimilca Juan Badiano y terminado el 22 de julio de 1552.
A través del séptimo arte, sublimes imágenes cristalizan un mítico recorrido de las hierbas medicinales, que evocan secretos milenarios, que aparte de atender enfermedades físicas, curan el alma, sacuden el temor, el cansancio, dan bríos al corazón, quitan la tristeza, el espanto y la pérdida del espíritu. Sin faltar María Sabina, chamana que conocía el misterio de los hongos sagrados. También muestra los invisibles lazos de la muerte con la vida.
Protagonizada por Úrsula Pruneda, Ofelia Medina y Ana Ofelia Murguía, obtuvo ocho premios Maguey en el Festival de Guadalajara. Fue estrenada en el Festival de Roma, obteniendo el Premio a la mejor Interpretación Femenina, compartido a las tres actrices, en un hecho inusual.
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