Por: Redacción
Dos décadas han pasado desde el Cinema da Retomada, el movimiento que significó un nuevo impulso al cine brasileño y cuyo empuje culminó con producciones de éxito internacional, comoEstación central (Walter Salles, 1998), Ciudad de Dios (Fernando Meirelles, 2002) y Madame Satã(Karim Aïnouz, 2002). Ahora, además de la pobreza y las historias de favelas, la producción cinematográfica de Brasil expone a una generación de cineastas con novedosas temáticas y puntos de vista.
En colaboración con la Federación Mexicana de Asociaciones de Amigos de los Museos (Femam), la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y las embajadas de México en Brasil y de Brasil en México, la Cineteca Nacional presenta la Semana de Cine Brasileño, una selección de siete películas de reciente producción a presentarse del 4 al 10 de marzo.
Los nuevos directores brasileños abarcan una amplia selección de géneros, como es el caso deEl lobo detrás de la puerta (O lobo atrás da porta, Fernando Coimbra, 2013) y su cruda exploración del thriller de secuestro. En ella la víctima es la hija de Sylvia y Bernardo, una niña de seis años; la investigación sugiere que el criminal es alguien cercano a la familia y revela que uno de los dos padres, por estar envuelto en un amorío extramarital, tiene más responsabilidad en el asunto.
De un estilo más sutil, Ausencia (Ausência, Chico Teixeira, 2014) es el retrato del joven Serginho, un chico de 12 años que, después del abandono de su padre, tiene que hacerse cargo de su madre alcohólica en la inhospitalidad de su vecindario. Chico Teixeira ofrece una mirada a la vida diaria de su protagonista para descubrir las repercusiones familiares, sociales y sexuales de su falta de figura paternal.
También incluida en la muestra está Al otro lado del paraíso (O outro lado do paraíso, André Ristum, 2014), una crítica tanto a la fundación de Brasilia en 1960, como al problemático ambiente político de los sesenta. Revelada a través del narrador que cuenta la historia de su padre, un idealista que se muda a la recién inaugurada capital en busca de un mejor trabajo.
Por otra parte, No quiero volver solo (Hoje eu quero voltar sozinho, Daniel Ribeiro, 2014) es una historia de amor y de la búsqueda de independencia en la que el estudiante de preparatoria Leonardo, invidente desde que nació, va en contra de la sobreprotección de su madre e inesperadamente encuentra a su primer gran amor en Gabriel, el nuevo alumno de su clase.
Camilo Cavalcante, que se ha desempeñado anteriormente como productor y guionista, presenta su ópera prima, La historia de la eternidad (A história da eternidade, 2014). Se trata de una colección de historias de amor y deseo que ocurren en un diminuto pueblo de aproximadamente 40 habitantes. La película resultó ganadora del Premio de la Audiencia en el Festival Internacional de Cine de São Paulo.
Por último, el documental El maestro y Divino (O mestre e o Divino, Tiago Campos Torres, 2013) une dos visiones en torno a una misma comunidad indígena. La primera es la de Adalberto, un misionero alemán que desde 1957 ha filmado a los habitantes de Sangradouro, el pueblo que evangeliza. La otra es la de su estudiante, Divino, que hace películas para televisión desde los noventa gracias a la instrucción de su maestro.
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