Por: Oswaldo Rojas
Generador de una tradición crítica del papel del filósofo en la sociedad, así como de la falta de moral en los círculos intelectuales, el escritor Julien Benda nació el 26 de diciembre de 1867.
Según información del portal “www.biografiasyvidas.com “, Benda creció en una acomodada familia hebrea que se instaló en Francia. Durante su juventud se dedicó a la ciencia y a las letras por igual y en un primer momento optó por la Escuela Central de Artes y Oficios, para luego cambiar de opinión e ingresar a la Facultad de Letras.
Se dio a conocer como filosofo con la publicación de “Affaire Dreyfus” y “Revue Blanche”, ambos en 1900. Desde sus inicios se colocó como un promotor de racionalismo critico en contra del romanticismo de la época y el bergsonismo que a su parecer habían sido explotados en detrimento de la inteligencia contemporánea.
Con el estallido de la I guerra mundial colaboró como articulista y columnista, asegura el sitio web anterior. Sus textos serian actualizados y compilados en el volumen “Los sentimientos de Critias” y para 1919 publicaría “Belphégor”, un texto donde traza el paradigma de la sensibilidad estética de su época confrontada con el sentimentalismo irracional.
Posteriormente, en los inicios de la segunda gran guerra, se uniría a las filas de los antifascistas en la lucha intelectual en una Francia dominada por los alemanes.
En opinión de Christopher Domínguez Michael para el portal “www.letraslibres.com”, a Benda se le reconoce por la crítica que ejerció contra los clérigos, especialmente en su libro “La traición de los intelectuales”, pues estos habían ido en contra de los valores universales, eternos y desinteresados, de la verdad y de la justicia, convirtiéndose en un símbolo del odio político.
“Benda sigue siendo un amuleto entre iniciados, uno de los pocos maestros modernos que sólo se representa a sí mismo y que, al hacerlo, ilumina y ennoblece los años salvajes del siglo XX”, dice Domínguez Michael.
También comenta que Julien Benda fue una especie de “reaccionario de izquierda”, que con el tiempo se volvió desconfiado del progreso y bondad humana.
Hacia el final de su vida se vuelve hacia el comunismo como una opción política para las sociedades. Muere el 7 de junio de 1956.
En una lista de más de 20 títulos tan solo tres de sus obras han sido traducidas al español: “La traición de los intelectuales” (2008), “Memorias de un intelectual” y su única novela “La ordenación”.
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