Por: Redacción

El escritor y periodista mexicano Juan Villoro recordó este viernes, durante el primer día de actividades de la XVI edición de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo (FIL Zócalo 2016), que se realiza hasta el 23 de octubre, su curiosa incursión en la literatura como lector.

El autor de Materia dispuesta (1997) celebró la edición de este encuentro editorial en la Plaza de la Constitución, donde exhortó al público reunido en el Foro Bertolt Brecht a recordar sus inicios de la literatura.

“La palabra  literaria empezó como un canto,  sin libros publicados; Homero era un rapsoda que no tomaba apuntes, él recitaba; en griego la palabra rapsoda quiere decir tejedor, eran los tejedores de las historias que iban de boca en boca”, recordó Villoro.

Señaló que como escritor estará condenado a la lectura. “Cualquiera de nosotros que escribimos en algún momento dado podríamos dejar de hacerlo, pero no podríamos dejar de leer; lo que nos constituye es este trabajo de lector”, explicó.

Ante un Foro lleno de público de todas las edades, que portaba bolsas de distintos colores y tamaños con los libros de reciente adquisición, Villoro rememoró el primer libro de su vida: Corazón: Diario de un niño (1886), del italiano Edmundo de Amicis, el cual —ante la ausencia entonces de buenos libros para niños—, leyó por obligación escolar.

“En realidad no leí muchos libros en la infancia, por flojo o por perezoso, pero el primer libro fue por obligación. Un libro muy triste que me hacía llorar y entonces lloraba para pasar español, me pareció uno de los tantos sufrimientos de la escuela”, compartió el autor de El libro salvaje.

El también periodista, que ha colaborado con importantes diarios de circulación nacional, señaló que el libro con el que pudo identificarse rápidamente, y así sembrar la pasión por la lectura, fue De perfil (1966), de José Agustín, texto que le hizo entender que los libros no son sólo documentos de lectura, sino mecanismos de placer.

“Descubrí que la novela me incluía. Un libro es como un espejo en el que nos vemos a nosotros mismos por dentro. El lector ideal que podría tener un escritor —poniéndonos románticos—, no es el lector más culto o más erudito, sino quien nunca ha leído por gusto y de pronto encuentra en la lectura un camino hacia la felicidad”, reflexionó Villoro.

Otra anécdota de gran aprendizaje en su adolescencia, la cual narró en el Foro dedicado al poeta alemán Bertolt Brecht con motivo de los 50 años de su muerte, fue cuando leyó El cantar de Mio Cid, que no pudo entender hasta años más tarde, cuando se dio cuenta que “los lectores a veces no tienen la capacidad de entender un libro a cierta edad” y que “el lector ideal no es el que lee mucho, sino el que lo hace con más pasión”.

Asimismo, reconoció que no hay mejor publicidad para los libros que conversar sobre ellos y recomendarlos en una plática. También consideró que la mejor manera de iniciar a los pequeños en el gusto por las letras es fomentar una lectura de afecto compartido, en la que los seres queridos lean al menor desde pequeño para que éste asocie la lectura a un afecto mutuo.

Por último, el ganador del Premio Herralde 2004 por su novela El testigo subrayó que el libro se convierte en una obra de arte sólo cuando el lector lo lee: “Somos nosotros los que damos vida a los libros, ustedes —como lectores— nos defienden a nosotros los escritores y hacen que un libro se vuelva un clásico”.

El Foro Bertolt Brecht comenzó sus actividades en esta FIL Zócalo 2016 con el concierto de la cantante de origen peruano nacionalizada mexicana Tania Libertad, quien emocionó al público con la interpretación de conocidas canciones de compositores latinoamericanos como Armando Manzanero y Mercedes Sosa, así como poemas de Jaime Sabines.

La intérprete fue aplaudida de pie por el público, que al batir palmas reiteradamente consiguió alargar el concierto unos minutos más.

La Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México reúne en 251 stands a 700 sellos editoriales y ofrece al público visitante alrededor de mil 200 actividades gratuitas, como charlas, presentaciones de libros, conferencias, talleres y proyecciones, entre muchas más, en las que participan destacados escritores nacionales e internacionales.