Por: Redacción
La narrativa de Jorge Ibargüengoitia (Guanajuato, Gto., 22 de enero, 1928-27 de noviembre, 1983, Mejorada del Campo, España), así como sus habilidades para construir personajes llenos de indicios biográficos y cotidianos desarrollada durante más de 28 años a través de sus novelas y cuentos lo llevó a ser considerado como uno de los autores contemporáneos más importantes de México.
Este 22 de enero Jorge Ibargüengoitia cumpliría 88 años, sin embargo, perdió la vida en un accidente aéreo en España.
El ámbito literario donde Jorge Ibargüengoitia comenzó su carrera como escritor fue la dramaturgia. Egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, y recibido más tarde como maestro en letras especializado en arte dramático dedicó más de 10 años a escribir teatro, tiempo en el cual, declaró, pasó momentos muy desagradables: “Fui dramaturgo durante 10 años con muy mal éxito. Unas obras se montaron, otras no. Después me pelee con todo el mundo. No me llevaba con nadie. Me caían en el hígado los actores”, así lo narra Marco Aurelio Carballo quien lo entrevistó en Londres a finales de los años setenta.
En esa conversación, incluida en su libro De Quijotes y Dulcineas de la colección de Periodismo Cultural de la actual Secretaría de Cultura, Marco Aurelio Carballo recorre las experiencias más trascendentales del autor, en las que sobresalen la concepción de su primera novela y lo que significó dedicarse al teatro sin obtener los resultados esperados.
No obstante, en la actualidad el escritor de Los pasos de López, ha sido revalorado al grado de considerar su concepción teatral como un paradigma adelantado a su tiempo; de tal forma que Vicente Leñero llegó a decir que era un dramaturgo incomprendido: “el teatro de su tiempo no logró comprenderlo, quizá por los juegos de encuentros y desencuentros que la comedia propone”.
La periodista Olga Harmony en su libro Ires y venires del teatro en México, publicado en la colección Periodismo Cultural, considera una ‘lástima’ la falta de reconocimiento de la que fue presa Jorge Ibargüengoitia, “si bien su obra dramática es extremadamente desigual, algunos textos merecen ser escenificados como vigentes estudios de la condición humana”.
La recopilación periodística, en donde la especialista en teatro por más de 25 años Olga Harmony se encarga de analizar en su contexto los impactos artísticos y culturales de los dramaturgos mexicanos más importantes, guarda un capítulo especial para analizar algunas de las obras teatrales de Jorge Ibargüengoitia como son Clotilde en su casa, Ante varias esfinges, La lucha con el Ángel, El viaje superficial, entre otras.
La relevancia que actualmente tienen sus obras dentro del mundo del teatro, puede ser comprendida a través de su adaptación en manos de importantes directores y dramaturgos como Luis de Tavira o Vicente Leñero, quienes confirman sus cualidades como autor de teatro.
La carga crítica con respecto a la sociedad mexicana que el novelista desarrolló a través del sarcasmo fino de sus personajes, colocó a la ironía como una de sus principales características, “Ibargüengoitia no hacia reír por la risa misma, sino que estaba penetrado de un inmenso fervor patrio que lo llevaba a ironizar sobre sus usos y costumbres que hubiera querido ver desarraigados”, afirma Olga Harmony.
Durante la conversación llevada a cabo con Marco Aurelio Carballo el novelista y dramaturgo también dejó clara esta postura crítica, pues siempre creyó cargar con una peso político a consecuencia de su actividad profesional, “el escritor vive en una sociedad y en el fondo está comprometido siempre. El escritor, tarde o temprano tiene que presentar un frente político, una fachada política.”
De esta manera gran parte de la obra literaria de Jorge Ibargüengoitia desdoblaba su pesar por la situación política que acontecía en su momento en el país, a lo que se mostraba escéptico ante los cambios que el arte o la literatura pueden realizar en la sociedad. La literatura, en resumen, no sirve para eso”, refería el autor.
Jorge Ibargüengoitia dejó de escribir teatro 20 años, sin embargo, esta misma forma de analizar críticamente el mundo que lo rodeaba la logró expresar en sus novelas al grado de ser acreedor al Premio Internacional de Novela México en 1975.
Con seis obras de teatro escritas entre los años de 1954 y 1980, Jorge Ibargüengoitia dejó un legado importante entre ensayos, novelas y cuentos, que en diversas ocasiones fue llevado al cine a través de la mirada de cuatro directores distintos: Maten al León (1977) de José Estrada; Estas ruinas que ves (1979) de Julian Pastor; Maten al León (1991) de Jorge Alí Triana y Dos crímenes (1995) dirigida por Roberto Sneider.
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