Por: Nilda Olvera/
Durante la década de los 90, John Wayne se destacó en la pantalla grande estadounidense, actualmente es recordado como uno de los actores más icónicos en la historia del cine western ya que se convirtió en un símbolo de lo rudo y masculino.
Duke como se referían a él sus amigos más cercanos, nació el 26 de mayo de 1907 en Iowa, Estados Unidos. Adquirió este apodo gracias a que desde muy joven lo acompañaba su perro Duke a todas partes. Es así como Mairon Mitchell Morrison, su verdadero nombre, prefirió que lo llamaran como a su mascota, pues su nombre no le gustaba porque lo consideraba afeminado y le causaba burlas de sus compañeros.
Inició como actor de respaldo, esto en gran parte a su físico, medía 1.93 metros, tenía una apariencia fuerte y deportiva. Es así como su primera oportunidad surge con el rodaje “La gran jornada”, del director Raoul Walsh, que a consecuencia de haberlo visto en el estudio cuando llevaba un sillón en el hombro (tiempo en el que Wayne trabajaba como utilero en rodajes de Hollywood) decidió darle un papel por la imagen cautivadora y saludable que le reflejó.
No fue hasta la cinta “La diligencia” de John Ford que comenzaron a reconocer su talento, puesto que cuando obtuvo esta interpretación tan importante , Ford le enseñó cómo debía de moverse y caminar pues Mairon lo hacía de una forma torpe y descuidada. También tuvo que tomar clases con un profesor que lo familiarizó con la lectura de textos de Shakespeare y con el tono que debía utilizar según la ocasión. Cabe destacar que no se sabe si fue Walsh, Ford o su agente los que le recomendaron crearse un sobrenombre artístico y es por eso que lo conocemos hoy en día como John Wayne.
A lo largo de su trayectoria trabajó en filmes como “Río Rojo”, “El hombre que mató a Liberty Balance”, “Río bravo”, “El dorado”, “El álamo” y “Río Grane”, por mencionar algunos, proyectos con temática del viejo oeste, que lo convirtieron en uno de los actores mejor pagados en la industria.
Su vida personal estuvo rodeada de muchas mujeres, entre ellas Josefina Sáenz, Esperanza Bauer y Pilar Pallete, todas con ascendencia hispanoamericana, pero esas relaciones que iniciaron con matrimonio e hijos culminaron a consecuencia de la agenda apretada del actor así como infidelidades, abuso del alcohol y de cigarrillos.
No es un secreto que el actor estadounidense tenía una postura conservadora en la que apoyaba libremente la “Caza de brujas”, evento recordado por todas las medidas gubernamentales que coartaron las libertades de los ciudadanos en favor de una supuesta seguridad nacional o preservación de unos valores determinados, esta cacería fue llevada a cabo por el senador Joseph McCarthy. Wayne también era un ferviente admirador y defensor de Richard Nixon.
Mitchell Morrison fue víctima de varios intentos de asesinato, el primero ocurrió en su despacho de la Warner Brothers, el segundo durante el rodaje de “Hondo” y el tercero de un francotirador durante su visita a las tropas estadounidense en Vietnam.
Finalmente murió a causa del cáncer a los 72 años en Los Ángeles, California el 11 de junio de 1979. Esta enfermedad se le atribuyó a la radiación a la que estuvo expuesto en 1956 durante la filmación del “El conquistador de Mongolia”, dirigida por Dick Powell y rodada cerca de un campo de pruebas nucleares en Utah.
Su trascendencia cinematográfica consta de ser el único actor en aparecer 25 veces en la lista de las estrellas más taquilleras.
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