Por: Redacción
La exposición Le Méxique à l’honneur fue inaugurada en el Espacio Cultural Condorcet de Viry-Chatillon, ubicado en las cercanías de París, en colaboración con la Asociación InC France-Mexique y la Embajada de México en Francia.
La muestra acoge la obra de la artista franco mexicana Daniela Prost, quien expone junto a la escultora Avelina Fuentes, también mexicana, y ambas abrieron sus respectivas exhibiciones en la Gran Galería del espacio cultural, las cuales estarán abiertas hasta el 28 de mayo.
La Asociación InC France-Mexique realiza cada año el Festival de Cine Mexicano “VIVA MÉXICO! Encuentros Cinematográficos”, primer festival en Francia dedicado al cine mexicano, y emprende iniciativas que van desde el arte digital, hasta la artesanía contemporánea, pasando por el cine y la literatura. Los múltiples enfoques propuestos por la asociación tienen el objetivo de promover el trabajo de creadores franceses y latinoamericanos emergentes y con trayectoria.
Como parte del objetivo de preservar y enriquecer la cooperación cultural entre Francia y México, en esta ocasión se muestra el trabajo de las dos mexicanas Daniela Prost y Avelina Fuentes. Esta última expone su serie Nebulosas, un conjunto de obras en el que se exhiben dos de sus más recientes producciones escultóricas.
En las creaciones de Avelina Fuentes se halla la instalación Quintessence (2015), que se compone de cinco volúmenes hechos de aluminio pulido para los que se inspiró en la filosofía de Platón. Las obras nos permiten pasar de un universo abstracto –característico del mundo de las ideas de Platón–, hacia un universo real y tangible gracias a la materialidad de la escultura.
Por otro lado, está Instalación 43 (2015), una escultura dedicada a los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, México. La idea consistió en coleccionar durante un año tras la desaparición de los estudiantes, toda la información publicada en los medios impresos del país, para después acomodar las noticias de manera desordenada y sin ninguna lógica, para hacer de esa información caótica unas piñatas mexicanas: un objeto característico del folclor nacional.
El propósito de estas obras es mucho más complejo y se inscribe a un compromiso social. Ambas, tanto Quintessence como Instalación 43, se incorporan, con códigos muy singulares, a las Nebulosas, masa de materia cósmica que se utilizan como una metáfora sobre las zonas complejas y caóticas entre lo terrestre y lo celeste, entre lo infinitamente pequeño y lo monumental, entre la sombra y la búsqueda de la luz.
Por su parte, Daniela Prost, artista instalada en París desde 1995, y acreedora del Primer Premio de Pintura otorgado por la alcaldía parisina en 2008, ha formado parte de diversos proyectos multidisciplinarios en Alemania, Francia, Canadá, Grecia e Italia, además de una retrospectiva individual en el Museo Nacional de Kiev, Ucrania.
En el 2015 llevó su exposición Resonancias a la Alianza Francesa en México, y esta vez presenta Wesen en el Espacio Cultural Condorcet de Viry-Chatillon. Wesen es un término que el filósofo alemán Martín Heidegger utilizaba para describir “el renacimiento de sí mismo, la resiliencia, esa extensión de el ser que está en movimiento constante.
Este concepto heideggereano sobre el ser es el hilo conductor del trabajo que muestra Daniela Prost, en donde cada una de las series refleja su historia personal, además de una reflexión sobre la filosofía de Heidegger.
“A partir de diferentes medios como el dibujo, la pintura, materiales diversos como el acero y el video, abordo el movimiento, los trazos, la luz y la sombra”, señaló la artista.
“Las imágenes que hago son abstractas y/o representativas, los movimientos son circulares. También utilizo grafismos, como en la serie Je tombe/Me caigo y en el video Wesen. En la serie Un Voyage Dans mon Corps/ Un viaje en mi cuerpo, utilicé capsulas de medicinas que tomé todos los días durante cinco años.”
Dentro del universo artístico de Daniela Prost, la música juega un papel fundamental, pues según la artista “en ella se compaginan las imágenes y se crea una relación inquebrantable entre ambas”.
Para su serie Spirale/Espiral utilizó la música del compositor italiano Michele Tadini. En esta serie se ven sus primeros pasos como artista plástica a lo largo de un recorrido a través de sus primero dibujos, como una muestra de la evolución de su estilo, hasta llegar, finalmente, a la instalación de la espiral en acero que presenta en la exposición.
Esa espiral es para ella el símbolo del “vivir, morir, renacer, dejarse ir, retomarse. Siempre en movimiento, siempre recomenzar, siempre mejorarse, apreciar el camino, regresar, tener la voluntad de ser libre.”
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