Por: Redacción
El novelista, cuentista, ensayista y editor Hernán Lara Zavala (Ciudad de México, 1946) celebra este 28 de febrero 70 años de vida como un apasionado lector y uno de los mejores escritores de su generación.
La XXXVII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería ha rendido homenaje al autor de Península, península, a través de distintas actividades que incluyen una conversación y lectura de obra con el ganador del Premio de la Real Academia Española 2010, este sábado 27 de febrero a las 18:00 horas, en la Galería de Rectores.
Siendo el mayor de nueve hermanos y a petición de su padre, Hernán Lara Zavala estudió la carrera de ingeniería industrial hasta que cinco años después de haberse titulado, decidió dedicarse a la escritura.
“Empecé a escribir a los 18 años y en ese entonces comencé a tener la lejana ensoñación de que quería ser escritor… Fue el movimiento de 1968 lo que me cimbró en términos vocacionales y políticos”.
Su intento por ser escritor comenzó con De Zitilchén, donde establece la atmósfera de la Península de Yucatán, producto de los recuerdos de su infancia al ser hijo de padre campechano y madre yucateca.
Su gusto por la literatura lo llevó a estudiar letras inglesas en la UNAM. Al paso del tiempo se hizo profesor de literatura romántica y victoriana, así como de literatura norteamericana en la Facultad de Filosofía de la UNAM.
“Gran parte de la diferencia con mis contemporáneos es la influencia que yo tuve de la literatura inglesa y norteamericana y sobre todo, que no soy un escritor barroco, soy un escritor muy directo. Me gusta la frase que dice: la buena prosa es aquello que dice las cosas naturales sin ser obvias”, aseguró el escritor en el marco del ciclo Protagonistas de la Literatura Mexicana en julio de 2013.
Entre sus influencias están los escritores Juan García Ponce y Juan José Arreola, quien fuera su maestro y lo deslumbrara con su genialidad reflejada en cada una de sus clases y conversaciones.
Destacan las publicaciones El mismo cielo (1987), Contra el ángel (1992), Después del amor y otros cuentos (1994), Cuentos escogidos (1997), el libro para niños Tuch y Odilón (1992), la novela Charras (1990) y el ensayo crítico Las novela en el Quijote (1989).
En el año 2010 publicó El guante negro y otros cuentos. En 2011 se hizo una edición corregida y aumentada de su libro de ensayos Las novelas en El Quijote y se estrenó su obra de teatro Ah Kin Chi: Profeta Maya que publicó La UNAM en su colección La Carpa.
En 2012 el Fondo de Cultura Económica publicó una versión aumentada De Zitilchén en la serie menor de Letras Mexicanas y en 2014 salió a la luz el libro La prisión del amor y otros ensayos narrativos publicado por la editorial Taurus.
Fue director de Literatura en Difusión Cultural de la UNAM (1989-1996); coordinador del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas (1999-2000), coordinador del Programa del Posgrado en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras (2000-2001); coordinador general de Difusión Cultural de la Rectoría General de la UAM; gerente editorial del Fondo de Cultura Económica (2001-2002) y director general de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM (2002-2004).
Entre sus reconocimientos se encuentra el Premio Orden por la Cultura Nacional 1996 otorgado por el Ministerio de la Cultura de la República de Cuba. Medalla Yucatán 2008 otorgada por su trayectoria y el Premio Nacional Elena Poniatowska de la Ciudad de México 2009 porPenínsula, península.
Es justo a esta novela publicada en 2008, ambientada durante la Guerra de Castas en la península de Yucatán, que el escritor Carlos Fuentes le dedicó un elogioso artículo en un conocido periódico de circulación nacional bajo el título “El Yucatán de Lara Zavala”.
Descrito por el crítico literario Emmanuel Carballo como un “verdadero señor de la prosa narrativa mexicana”, Hernán Lara Zavala demuestra que continúa con su prolífica carrera como escritor al publicar recientemente el libro Macho viejo, novela que explora el efecto de la madurez y de la vejez en la vida del doctor Ricardo Villamonte, un hombre bueno y honesto.
Otro aspecto relevante de su trayectoria ha sido su recorrido como uno de los “maestros escritores” que han formado nuevas generaciones de literatos mediante diversos talleres de narrativa y creación literaria.
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