Por: Redacción
Composiciones que hablan de cuando se pierde la razón de ser y hacer y surge la necesidad de reencontrarse, reinventarse y replantearse, integran Rostro y corazón, primera producción discográfica como solista del músico y compositor colombiano Hans Baumann, quien presentó el material en la Sala Murray Schafer de la Fonoteca Nacional.
Dichas obras musicales se basaron en las experiencias artísticas y personales vividas por parte del músico y su equipo de trabajo con dos comunidades indígenas mexicanas, la wixárika (huichola) de la sierra de Jalisco y las mujeres tzeltales de Yochib, Oxchuc, Chiapas, de donde recogió sonidos, prácticas y expresiones artísticas.
Acompañado por los músicos Alejandro Preisser, Sergio Rubén Medrano, Joel Mújica, Amaury Castillo y Pamela Mireles, Hans Baumann interpretó en el espacio cultural las cinco obras musicales que componen el material: Amanece, Agua, Niño llorón, Casita de colores, El origen y dos composiciones “viejitas”, Tiéntame y Circular, realizadas en la época en la cual el músico formó parte de la agrupación colombiana 69 Nombres.
Explicó a la audiencia reunida en la Casa de los Sonidos que el disco es resultado del proyecto Entre la vida y el arte, una travesía con comunidades indígenas mexicanas con el propósito de convivir y aprender de la sonoridad de la naturaleza, la poesía y la diversidad de movimiento, colores y formas que concibe cada pueblo.
“Hay mucho que debemos aprender de las comunidades indígenas, no hay que verlos como si fueran piezas de museo, sino cómo ven ellos el mundo. El disco presenta un amalgama musical de cuerdas y guitarras, navega por muchas partes emocionales”, comentó Hans Baumann.
El compositor expuso que con las comunidades sintió lo básico y los elementos simples que hacen que las personas se miren a sí mismos. “Mi intención fue ir, observar y abogar por un rescate cultural de los indígenas mexicanos de quienes tenemos mucho que aprender. El disco captura la esencia de lo vivido, de lo que significa contar con lo necesario: del deseo, del amor, del trabajo, de los sacrificios, de las deidades”, apuntó.
En la presentación del material sonoro se exhibió un fragmento del documento audiovisual Entre la vida y el arte, el cual refleja el proceso vivido durante la creación del proyecto, en él Baumann señaló que uno de los objetivos de estar con las comunidades es tener un reencuentro con el lugar en que se vive.
“América Latina es un continente que tiene raíces espirituales distintas a las que fueron impuestas a lo largo de la historia, son raíces muy valiosas que hacen sentir que en realidad sí perteneces a algo que está más allá de lo impuesto por la sociedad moderna”.
Hans Baumann agregó que el encuentro con las comunidades le hicieron reencontrarse con otro tipo de belleza y aprender de lo primario y más esencial. “Elementos de la naturaleza, como el agua, el fuego, la tierra, el aire, pocas veces nos detenemos a pensarlos, apreciarlos o agradecerlos, así como el poder respirar, tomar un vaso con agua, recibir el calor del fuego y sentir de la tierra su textura”.
Hans Baumann es becario de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Amexcid) 2015-2016, llegó a México para realizar una residencia artística con el músico mexicano Alejandro Preisser, quien produjo y realizó los arreglos musicales del disco Rostro y corazón, el cual es distribuido por Quindecim Recordings.
Rostro y corazón está catalogado como World Music e incluye la colaboración de miembros de las comunidades indígenas, entre ellos Porfirio López, Catalina y Rosalinda López Gómez; Claudia, Leticia y Rosa Santiz López, así como Jaime Carrillo.
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