Por: Montserrat Sánchez Maldonado
La homosexualidad ha evolucionado desde el pecado, el delito y la enfermedad, hasta llegar al hecho natural, el 15 de diciembre de 1973 fue un hecho histórico en el reconocimiento de la homosexualidad, ya que ese día la Sociedad Americana de Psiquiatría (APA), realizó la eliminación de la homosexualidad del Manual Diagnóstico Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM).
El primer DSM fue publicado por la APA en 1952, y en él la homosexualidad era catalogada dentro de las llamadas “alteraciones sociopáticas de la personalidad”, es decir, alteraciones caracterizadas por la ausencia de ansiedad subjetivamente experimentada a pesar de la existencia de patología profunda.
El segundo DSM fue publicado en 1968 y en él la homosexualidad fue eliminada de la categoría en que había sido incluida para ser trasladada a la de “otras alteraciones mentales no psicóticas” junto con la pedofilia, el travestismo, el exhibicionismo, voyeurismo, el sadismo y el masoquismo.
Pero hubo científicos norteamericanos como Havelock Ellis, Magnus Hirschfesld, Alfred Kinsey, Cleland Ford y Frank Beach, Evelyn Hooker que permitieron al movimiento homosexual acusar a la psiquiatría de traicionar las normas de la objetividad, y de que su clasificación de la homosexualidad no era ni médica ni semántica, sino moral. Fue por ello que decidieron acudir a las reuniones de la APA y defender su postura. La primera convención de la APA asaltada para expresar la voz de los propios homosexuales fue la celebrada en San Francisco en 1970.
Tras otras muchas reuniones y debates, a los que estas veces fueron invitados, el 15 de diciembre de 1973, el Board of Trustees (Comité Directivo) de la APA aprobó, con 13 votos a favor y dos abstenciones, la supresión de la homosexualidad del DSM y su sustitución por “alteración de la orientación sexual”.
En esta categoría estarían las personas “cuyos intereses sexuales están dirigidos principalmente a personas de su mismo sexo y que se sienten molestas por, o en conflicto con, o desean cambiar su orientación sexual.Por lo tanto no podía ser tratada y mucho menos curada con fármacos, como en los casos de esquizofrenia y otras patologías.
Durante la mayor parte de la primera mitad del siglo XXI, muchos homosexuales que querían expresarse como tales públicamente habían recibido con alegría el esfuerzo de la psiquiatría por arrebatar el control de la definición social de sus vidas a las autoridades morales y religiosas. “Mejor enfermos que criminales, mejor sujetos a terapias que objetivos de leyes brutales”, gritaban en las calles durante la década de los 60’s.
Es gracias a hechos como estos y a la presión ejercida por la Comunidad LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual, Trans), que el activismo gay cobra resultados desde hace ya 42 años.
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