Por: Carolina Carrasco
Los vampiros han sido a lo largo del tiempo, y en el imaginario de las culturas, uno de los seres sobrenaturales más temidos y admirados, al ser los más iguales a un ser humano, y los poseedores de todo aquello que el hombre en sí jamás podrá ser: una belleza letal, y una existencia eterna.
En la literatura, además, son un recurrente para poner al lector en contacto con los temores más profundos que pueda llegar a tener; para sus seguidores, éstas icónicas criaturas pueden ser el símbolo de todos aquellos pecados que nunca podrían llegar a cometer.
Los vampiros son considerados la representación de todos los pecados que el hombre no puede llegar a cometer
Durante la Jornada de Literatura de Horror “Amparo Dávila”, en la XXXVII Feria del Libro en el Palacio de Minería, expertos en el tema de los vampiros en la literatura, hablaron sobre sus distintas posturas acerca de sus usos en las distintas muestras culturales que han existido: Desde los relatos en las antiguas civilizaciones donde los mencionaron por primera vez, hasta las series de televisión, películas y sus más recientes apariciones en novelas a las que llamaron ” de romance paranormal”.
Roberto Coria, quien dirigió ésta mesa redonda, asegura que la imagen del vampiro resume el principio esencial de “tener la capacidad de ser lo que quieras, pues es la representación de los sueños, y las pesadillas; mencionó que en series de televisión, como “Los chicos perdidos” ejemplifica perfectamente lo anterior.
En la mesa redonda, donde participaron Macarena Muñoz, ensayista y co-fundadora del fanzine “La mandrágora”, Norma Macias Dávalos, narradora y escritora, y Bernardo Ruiz, escritor especialista en temas vampíricos, se discutieron las diferentes formas en las que el tema del vampirismo, tanto en la literatura como en el cine, nos ha acompañado, y cómo ha evolucionado para adaptarse lo mejor posible a nuestros días.
El vampiro fue en algún momento la representación del erotismo que estaba prohibido, hoy en día, es más bien el símbolo de lo eterno, de la belleza eterna
Macarena Muñoz considera que el vampiro ya es “demasiado humano”, pues ya no es esa figura monstruosa que encarnaba (…) el vampiro no debería tener problemas del tipo ‘si te muerdo, desato mi furia animal’… yo creo que ése es el problema, se ha vuelto demasiado común”
Para Norma Macias, los vampiros “y los monstruos en general” son la metáfora de los miedos, y de lo que se nos está prohibido “El vampiro fue en algún momento, la representación del deseo sexual, la representación del erotismo que estaba prohibido en cierta época… hoy en día, es más bien el símbolo de lo eterno, de la belleza eterna; la preocupación de hoy día es no envejecer, mantenerse vigente, y eso, nos guste o no, es un miedo…una obsesión de éstas nuevas generaciones”.
Exponentes de la literatura vampirica, como Drácula, La hora del Vampiro de Stephen King , las Crónicas vampíricas de Anne Rice, y la misma historia de Soy leyenda se han convertido en verdaderos clásicos de la literatura y el cine mundial, sin embargo, ésto no quita que siga habiendo nuevas propuestas, que el vampiro se siga re interpretando y siga evolucionando, atendiendo a las necesidades del tiempo en el que se encuentre.
Calvos y con enormes garras, o guapos que brillan a la luz del sol, los vampiros siempre serán parte del colectivo en la mente humana; el misterio que encierra el poder traspasar generaciones, lo excitante que puede resultar beberla vida de otro, el permanecer eternos, siempre será algo atrayente para la efímera existencia que un humano común puede tener, y como dijo el Vampiro Lestat, de Entrevista con un Vampiro, “Después de todo, si estas condenado a vivir así hasta el fin de los tiempos, ¿por qué no hacer una gran fiesta de todo ésto?”
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