Por: MUGS / Redacción
“Por qué bailo. Bailo porque en la danza encontré la misión de mi vida. De ello aprendí disciplina, valentía, la integración de cuerpo y espíritu, trabajo intelectual y relación humana. Por medio de ella he salido de mí, he llegado a otros, he encontrado el amor y he roto la soledad”, decía la bailarina, coreógrafa y fundadora del Taller Coreográfico de la UNAM, Gloria Contreras.
En su cuenta Twitter, el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa, escribió: “Mi pésame a la @UNAM_MX y al Taller Coreográfico por el deceso de Gloria Contreras, coreógrafa extraordinaria”.
Este miércoles 25 de noviembre falleció una de las máximas creadoras del ámbito dancístico en México, ganadora del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el rubro de las Bellas Artes en 2006.
María del Carmen Gloria Contreras y Roeniger, nació en la Ciudad de México en 1934 y desde pequeña mostró cualidades para la danza, por lo que en 1955 ingresó al Royal Winnipeg Ballet en Canadá y en 1957 viajó a Nueva York, donde recibió clases de Nelsy Dambré.
Fue discípula de Pierre Vladimiroff, Felia Doubrovska, Anatole Oboukhoff, Muriel Stuart, George Balanchine y Carola Trier.
En 1955 fue invitada a participar en The Royal Winnipeg Ballet de Canadá, donde reunió a un grupo de músicos, cantantes y bailarines, que bajo el nombre de México Lindo presentaron la pieza El mercado, primera gran obra de Gloria Contreras.
En 1962 fundó su propia compañía, The Gloria Contreras Dance Company, cuyos integrantes eran alumnos de la Escuela de Ballet Americano. A finales de los setenta que el Taller Coreográfico de la Universidad Nacional Autónoma de México comenzó su historia.
El nombre correspondió con la situación que se vivía en ese entonces al fundarse como un laboratorio creativo donde se realizaban experimentos y búsquedas de algo nuevo.
Fue así que Contreras fomentó el interés profesional por la danza y el lenguaje artístico en el alumnado, bailarines mexicanos y coreógrafos, por medio de presentaciones de un mínimo de dos temporadas anuales.
En 2010, el Conaculta publicó, a través de la Dirección de Publicaciones, el libro de Boris Illarionov, Gloria Contreras. Las raíces rusas en el ballet mexicano,
L. Abyzova explica en su texto Vida y Gloria Contreras: la danza, publicado en el año 2000 en el libro Gloria Contreras. Fenómeno del ballet mexicano que la coreógrafa se enfrentó a problemas nada fáciles de resolver:
“Despertar el interés en el público, ganar el respeto a la profesión del bailarín, educar a los artistas y los coreógrafos mexicanos. Además, había una meta estrictamente artística: crear un lenguaje moderno en la danza”.
Entre sus logros destacó un repertorio propio, la creación de públicos y en particular el respeto social para la carrera de bailarín con honorarios equivalentes a los de un académico.
“Ella sabe volver a los intérpretes inolvidables, irrepetibles, incluso a los que no se destacan por sus dotes escénicas. Contreras crea composiciones especiales al permitir a cada uno revelar su propia capacidad”, considera Boris Illarionov en su libro Gloria Contreras. Las raíces rusas en el ballet mexicano.
A la fecha, el catálogo de obras compuestas por Gloria Contreras suma más de 200, que transitan por compositores que van desde Johann Sebastian Bach hasta Varèse, Ponce, Bartók, Stravinsky, Revueltas, Lavista, Lecuona, Márquez, Ibarra y Velázquez, entre muchos otros.
De acuerdo con el doctor en crítica de arte, Lev Guitelman, aunque su obra en su mayoría se basa en la dinámica plástica dancística sin argumento, “también ha compuesto ballets que, en forma de homenaje, ha dedicado a los presos políticos del 68; un canto a la libertad dedicado a José Martí con su Guantanamera”.
Gloria Contreras, Creadora Emérita del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) afirmaba: “Nunca he separado el arte culto del popular. Como coreógrafa, no me he enriquecido sólo con la música clásica, sino también con el tango, el mambo, la rumba. Mis ballets en su mayoría son abstractos, pero no son para entretenimiento. Sus abstracciones transmiten sentimientos, inquietan, impulsan al público a adoptar una actitud personal, individual”.
En el libro Diario de una bailarina, editado por la UNAM en 1997, la fundadora del Taller Coreográfico aseguraba que su apoyo fundamental se basaba en la música que le permitía construir dibujos nítidos.
“Mi punto de partida es el libreto y la partitura. Después las cosas van asumiendo aspectos emotivos o románticos o místicos. La partitura me da la pauta, tanto para el lenguaje del movimiento como para el manejo del espacio”.
De acuerdo con el crítico de danza Alberto Dallal, para Contreras la danza es un arte en donde el creador expresa las suscitaciones de la realidad… “El medio o vehículo es la danza clásica: fortaleza del cuerpo, precisión de los movimientos, compromiso directo del bailarín o bailarines con el contenido coreográfico y, en fin, la incursión paulatina y sistemática de los distintos niveles de la expresividad: lirismo, vitalidad, épica, experimentación formal”.
Entre sus reconocimientos destacan el Premio Universidad Nacional 1995 en el área de Creación Artística y Extensión de la Cultura y el Premio Guillermina Bravo, otorgado por el Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
Su labor no sólo se limitó a la composición de obras coreográficas, ya que Gloria Contreras realizó una labor docente y literaria al editar 19 libros sobre fotografía, metódica, dibujo, poesía y ensayo, todos ellos, relacionados con la danza.
Además, impartió seminarios, conferencias y talleres con el fin de enseñar los secretos de la danza y promover el gusto por este arte para que fuera accesible a todos los sectores de la sociedad.
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