Por: Redacción

Poco más de 40 piezas originales, elaboradas y utilizadas por grupos étnicos de México componen la exposición Tradición, naturaleza y sonido: Colección de Instrumentos musicales del Cenidim, que estará abierta del 5 de mayo al 30 de junio en la Galería Juan Soriano de la Biblioteca de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

Jimena Palacios Uribe, curadora de la muestra, explicó que las piezas son originarias de estados como Chihuahua, Colima, Durango, Estado de México, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas, entre las que se pueden ver guajes, tambores, flautas y guitarras creadas en diferentes materiales.

La conservadora egresada de la Licenciatura en Restauración de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM – INAH), señaló que el guión curatorial plantea la tradición de sonido de la música mexicana, con el objetivo de que los visitantes conozcan la diversidad de materiales que se emplea en la construcción de instrumentos musicales.

“Discursos sobre la tradición, la naturaleza y el sonido se encuentran en toda la exposición en la que se verá a los instrumentos como objetos y documentos valiosos no sólo respecto a la generación del sonido sino como manifestaciones culturales de una región, etnia o idea”.

Palacios informó que los materiales y las técnicas constructivas vernáculas permiten observar la estrecha relación de estos objetos con la naturaleza, las lenguas, las costumbres y la cosmovisión de quienes los elaboraron en las distintas regiones.

“Hay sonajas de guaje, carapacho de tortuga, guitarra con caparazón de armadillo, guitarras de más de seis cuerdas, arpas, tambores, instrumentos de cuerda pulsada, así como endémicos, por ejemplo el chicahuaztli de la región chamula de Chiapas.

“Una de las cosas que guían la exposición y dieron eje a la curaduría fue la biodiversidad. Tenemos membranas de diferentes animales, maderas de muchos tipos, materiales gelatinosos, semillas, diferentes tipos de recubrimientos, los propios esqueletos de animales que también se usan para construir instrumentos”, apuntó la investigadora.

De acuerdo con Palacios uno de los aportes de la exposición es que muestra objetos del norte al sur del país que serían difíciles de conocer en un solo intento. “Hay instrumentos antiguos, algunos tienen cerca de 80 años de antigüedad, de aquellas primeras expediciones que realizaron los primeros recopiladores de música”, comentó.

Aseguró que con las piezas de la exhibición se ven diferentes valores: dimensión, antigüedad, estética y valor documental. “Aunque sean instrumentos que en algunos casos se siguen construyendo, muchos de los ejemplares de la muestra tienen quizá 50 o 60 años”.

La curadora abundó en explicar que muchos objetos manufacturados fueron producidos para un momento o una danza en especial; objetos únicos, muchas veces valiosos que fueron fabricados de manera ex profesa para alguna ceremonia importante. “No hay instrumentos fabricados en serie, son únicos porque son representativos de las culturas mexicanas.

“La exposición además de ser estéticamente llamativa es interesante en los histórico y en lo musical. La acústica de cada instrumento es muy especial y la estética se debe tanto a su consideración material como a la forma de ejecución”, puntualizó.

Además de instrumentos musicales, la exposición presenta partituras musicales de transcripciones de los recopiladores de tradiciones folclóricas mexicanas durante la primera mitad del siglo XX, audios de los instrumentos y las tradiciones asociadas, radiografías, dibujos y diagramas de instrumentos musicales y fotografías.

“Presentamos un álbum michoacano de danzas y música popular para ejemplificar la importancia de la danza y la música como un mismo universo indisociable en muchas de las culturas.

“Las partituras tienen tradiciones de muchas regiones de la República como Zacatecas, Sonora, Chihuahua, y los pusimos junto a los instrumentos para que la gente conozca sobre las condiciones de recopilación de tradiciones antiguas musicales”, indicó Jimena Palacios.

En opinión de la curadora, con la muestra el público conocedor y general se acercará a la cultura material musical de México, y a su vez conocerá más sobre el trabajo del Cenidim.

Más de 500 instrumentos musicales conforman la colección del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos Chávez” (Cenidim), del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Desde su formación en 1946, el INBA y concretamente la Sección de Investigaciones Musicales (SIM), tuvo especial interés en conocer y documentar las tradiciones folclóricas de México.

“La Sección de Investigaciones Musicales contaba con estudiosos que hacían proyectos alrededor del país, reconectando música, haciendo recopilaciones, transcripciones y recolectando instrumentos musicales para poder palpar las tradiciones folclóricas musicales y hacer una especie de repositorio que diera cuenta de esas tradiciones”.

Como resultado, dijo Palacios, se registraron importantes manifestaciones regionales de danza y música a lo largo de la República Mexicana y se recolectaron los instrumentos musicales con los que se interpretaban. Así se formó una colección que pasó a manos del Cenidim, en 1974, cuando esta institución se creó.

La exposición Tradición, naturaleza y sonido: Colección de Instrumentos musicales del Cenidim será inaugurada el jueves 4 de mayo a las 19:00 horas en la Galería Juan Soriano de la Biblioteca de las Artes del Cenart, ubicado en Río Churubusco 79, esquina Calzada de Tlalpan.