Por: Redacción
No sólo es el alcance difusor de la red, sino los distintos niveles de discurso que conjunta a través del texto, video, foto y audio, sumados a la interactividad, y esta herramienta posibilita crear efectos poéticos mediante soportes alternativos, géneros híbridos e información no textual, consideró José Luis Paredes Pacho, director del Museo Universitario del Chopo de la UNAM
Escribir en la calle frases, versos o prosa es un ejercicio recurrente a lo largo de la historia: pensemos en el ingenio poético desplegado durante el movimiento estudiantil del 68, tanto en México como en París. Recientemente se han comenzado a utilizar las páginas web para divulgar esas prácticas, de tal forma que dicho recurso ha servido para potenciar su visibilidad, expuso José Luis Paredes Pacho, director del Museo Universitario del Chopo de la UNAM.
Es un hecho que en varias ciudades del mundo hay gente que utiliza los muros y la calle para expresarse; por ejemplo, en Madrid, España, usan el asfalto de los cruces peatonales para poner versos; también está el ejemplo del movimiento Acción Poética, que se creó en México y que se ha replicado en el mundo.
“Pero no hay que ver a Internet como algo contrario a la calle, sino como un espacio público y social equivalente a ésta; no en vano se le ha llamado ‘la autopista de la información’ y es frecuente que se le vincule con las expresiones culturales callejeras”, subrayó.
Web callejera y poética
Las redes sociales digitales constituyen una forma de interacción equivalente a los encuentros callejeros (que siempre han funcionado como redes sociales, pero presenciales). “Evidentemente, la interacción digital ocurre a una escala más amplia y a una velocidad mayor que la presencial; las redes suelen potenciar las expresiones sociales callejeras, sean artísticas, poéticas o políticas”.
Son vitales, en primer lugar porque han fortalecido la conexión entre poetas, pero también porque existen muchas personas que las emplean en relación directa con su proceso creativo.
“En México, por ejemplo, están Mónica Nepote (@neponita), que hace poesía con redes y que participó en el colectivo Motín Poeta. Además, Eugenio Tiselli, que hace poesía digital mediante programas random en Facebook y produce poesía autogenerada.
Igualmente hay quienes reflexionan acerca de las probables relaciones entre estos dos elementos, como Luigi Amara (@leptoerizo) y Julián Herbert (@julian_herbert); este último participa en el colectivo Taller de la Caballeriza, con el que produce videopoemas que sube a YouTube, sin olvidar a Merlina Acevedo (@MerlinaAcevedo) y sus palíndromos de Twitter”.
E-poetry
Por otro lado, agregó, Internet y la digitalidad en general han creado sus propias formas poéticas, conocidas como e-poetry. Los alcances de difusión que tiene la red, sumados a los distintos niveles de discursos que conjunta la digitalidad, como el video, el texto, la foto o el audio, imprimen un carácter particular, que se aúna al de la interactividad.
“Uno de los teóricos de la e-poetry es Loss Pequeño Glaizer, quien reivindica que el poeta debe saber escribir en código para fabricar (escribir) cada poema desde el software que usa”.
El también exdirector de Casa del Lago Juan José Arreola de esta universidad, insistió en que las posibilidades poéticas de la red son mucho más que sólo el pequeño formato. “Sus potencialidades abarcan todas las modalidades, o casi todas, hasta lo aún inimaginable. A este movimiento le auguro la expansividad impredecible”, concluyó.
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