Por: Redacción/
Con una merecida ovación del público, atrapado desde el primer momento escénico por los ingeniosos y súbitos recursos para entremezclar las dos realidades que se vivían en nuestro país, en octubre de 1968, se celebró la primera función de la temporada del montaje, que a lo largo de 27 breves escenas cargadas de tragedia y humor negro, exige recordar lo sucedido.
Estrenada la noche de este jueves en el Teatro del Bosque, Julio Castillo, la puesta en escena Olimpia 68. Lecciones de español para los visitantes a la olimpiada, escrita y dirigida por Flavio González Mello, continuó con las actividades para conmemorar y resignificar la Olimpiada Cultural de 1968, impulsadas por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), evocando a ese mes de octubre, cuando en México convivieron las celebraciones de la fiesta deportiva y la rabia por la matanza de Tlatelolco.
El montaje escénico, presentado por la Secretaría de Cultura a través del INBA y la Compañía Nacional de Teatro, en conjunto con Erizo Teatro, explora el territorio común entre teatro, violencia y deporte, por medio de la estadía y perspectiva de los atletas extranjeros, que poco a poco va develando lo que se intentó ocultar a toda costa.
La tragicomedia de enredos, donde también se expone la visión que tenían de la Olimpiada quienes no formaban parte de ella, y la ignorancia del grupo represor y parte de la sociedad, cuenta con un elenco conformado por la beneficiaria del Programa Compañía Nacional de Teatro del Fonca, Karla Camarillo, Diego Garza, Omar Medina, Sofía Sylwin, Paulina Barrientos, Omar B. Betancourt, Tony Corrales, Sofía Gabriel, Jonathan Persan, Sergio Rüed, Jyasú Torruco y Emiliano Ulloa.
Con la persecución como uno de sus temas centrales y abordando los sucesos enfrentaron al público con un trágico episodio en nuestra historia como país, y una magnifica producción, donde destaca el uso simbólico de objeto y el diseño sonoro de Xicoténcatl Reyes, quien emplea música de la época para transiciones y fondos, Olimpia 68 no pretende ser una denuncia; muestra los contrastes que se vivieron en aquél México que se debatía entre el festejo y la indignación.
Tanto los elementos escenográficos creados por Patricia Gutiérrez, como las situaciones, por momentos absurdas, son metáfora de lo que puede suceder en una sociedad que pretende esconder en el armario una parte de sí que está agonizado, todo a la vista de los jueces de la justa deportiva, quienes observan, callan y duermen.
La obra teatral, que mantuvo a los asistentes entre carcajadas y sacudidas emocionales durante casi tres horas que transcurrieron rápidamente, también da cuenta de los contextos políticos y sociales de la época más allá de nuestras fronteras, a través de las historias y forma de ver el mundo de los atletas extranjeros, cuyas vidas se van entrelazando y develando junto con cada una de sus realidades.
Se trata también de un homenaje a la juventud de los años sesenta, representada en el escenario no solamente por su música y por el diseño de vestuario, a cargo de María Ortiz Barrios, sino también por las coincidencias y convergencias entre los personajes provenientes de países tan diferentes como Filipinas, Zaire y la República Federal Alemana.
El análisis generacional va más allá, pues la obra que se centra casi en su totalidad en la Villa Olímpica, escrito por González Mello hace 10 años y que tuvo su primer montaje en la conmemoración de los 40 años del movimiento del 68, también hace ver que entre los jóvenes de aquella generación y los estudiantes actuales, hay muchas convergencias.
Olimpia 68. Lecciones de español para los visitantes a la olimpiada ofrece temporada hasta el 14 de octubre, con suspensión los días 15 y 16 de septiembre, de jueves a sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas, en el Teatro del Bosque, Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque, ubicado en Paseo de la Reforma y Campo Marte, colonia Chapultepec Polanco de la Ciudad de México.
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