Por Jorge Hernández
Estudiante de la FES Aragón
La falta de empleo obliga a que muchas personas busquen ganarse una moneda de manera honesta, desempeñando todo tipo de actividades, tal es el caso de las llamadas Estatuas Humanas.
Es común ver a estos personajes caminar por el Centro Histórico de la Ciudad de México y en diversas alamedas de los estados de la República; son personas desempleadas tratando de solventar sus necesidades económicas y otras tantas, son estudiantes de alguna disciplina artística, que de igual manera tratan de ganarse una moneda, pero a la vez, obtener experiencia en el mundo del performance.
Puede que para cualquier persona resulte fácil y sin mayor complicación realizar esta actividad, pero no todo es tan sencillo como podrían pensar, estos individuos dedican gran parte de su tiempo libre, a practicar cada uno de estos actos, porque por más fáciles que parezcan, el permanecer inmóvil por una determinada cantidad de horas, es sumamente difícil.
Esta práctica, comenzó a ser popular, debido a que se buscaba una forma de acercamiento del público al arte, y se comenzaron a dar dos tipos de estatuas, las Estatuas Clásicas, que únicamente tienen una posición estática y las de performance, las cuales interactúan con el público a cambio de alguna moneda, siendo estas últimas las más populares.
Los personajes representados, van desde los típicos soldados o mimos, hasta distintos personajes fantasiosos con ciertos mensajes de gran interés. Muchos de estos artistas callejeros, utilizan sus tiempos libres para ensayar sus actos, o bien para crear algunos nuevos.
El trabajo más pesado, le toca las estatuas clásicas, debido a que pasan horas sin moverse, algunos de ellos comentan que tienen que estar preparados mentalmente para controlar al cien por ciento sus movimientos corporales, inclusive su manera de parpadear, para así, darle más realismo a su personaje.
Al contrario, las Estatuas de Performance, suelen moverse continuamente para relajar el cuerpo, normalmente lo hacen cuando alguna persona se acerca a regalarles alguna moneda, dulce o alimento, estos personajes realizan un show, saludan con un apretón de manos o bien, los complacen con una fotografía.
La vida como estatua
Francisco Torres, se desempeña como Estatua Humana, normalmente suele estar en la calle de Madero o en algunas ocasiones, prueba suerte cerca de la Alameda Central, utiliza un disfraz de soldado de la época revolucionaria, menciona que uno de los mayores problemas con los que se enfrentan en el día a día, es el hecho de tener que lidiar con las autoridades, “muchos policías nos ven como vendedores ambulantes y nos dicen que no podemos estar parados en ciertas calles”.
Los artistas suelen defenderse, mencionando que ellos no obligan a las personas a detenerse y darles una moneda, la gente lo hace por gusto propio, asimismo menciona que poco a poco las autoridades comienzan a ser más comprensivas en este aspecto, haciendo la actividad un poco más sencilla. “Debemos de solicitar un permiso para poder estar aquí, pero muchas veces aun teniendo el permiso, tenemos otros inconvenientes”.
Muchas personas, suelen decir que las estatuas entorpecen el tránsito de personas en estos corredores, ya que muchas personas se juntan para verlos y esto ocasiona que todo se vuelva más lento y de difícil acceso, lo que ha ocasionado que las autoridades traten de moverlas a calles aledañas, lo cual ha sido un fracaso total.
Torres menciona que algunas veces es prácticamente imposible pararte a ganarte unas monedas debido a que en muchas ocasiones, los mismos artistas que ya están de planta en esos lugares, no te dejan trabajar para evita la competencia. “Los que no nos dejan trabajar, son los que ya llevan mucho tiempo aquí, los que se dedican de lleno a esto”, mencionó.
Asimismo, menciona que muchos de estos artistas, solo dedican sus ratos libres a esta disciplina, “muchos de estos chavos solo vienen un rato, a algunos los mandan de sus escuelas de teatro, esto les sirve como practica y claro, para llevarse una moneda”, afirmó.
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